Llegué a la facultad con cierta esperanza. Con un 7 me alcanzaba para promocionar Historia, luego de haber tenido un 6 en el primer parcial. Sinceramente, creía que iba a recibir un 7, había hecho un parcial más que digno
En mi memoria resonaban las palabras de un amigo, que es docente universitario: 'si un alumno tiene un 6 en el primer parcial y veo que el segundo está para otro 6, le pongo un 7 para que no me rompa las pelotas'. Quizás mi amigo sea mejor amigo que docente, no sé, pero la verdad es que su extraña lógica me había dado ilusiones
Me senté, como siempre, junto a mi fiel amigo García. Nos llamaron por lista a recibir la nota. Yo pasé primero y recibí lo inesperado: otro 6. La suerte de mi amigo fue aún peor: un 5. 'Quedaste como Suiza: eliminado sin goles en contra', me dijo en otra alegoría mundialista. Yo me acordaba de las palabras de Jorge Valdano, cuando no fue convocado para el Mundial 90: 'crucé el océano a nado y me ahogué en la orilla'. Mientras García agarraba sus cosas para irse, yo me empeciné en que todavía quedaba esperanza, algo me decía que ese 6 no podía ser tan redondo como se veía
En un primer momento me apichoné. '¿Quién soy yo para pelearle la nota a este viejo, que está dando clase en la UBA hace exactamente 20 años?', me preguntaba. Pocos minutos después me di cuenta de que estaba errado: no tenía que ir a pelear la nota, tenía que ir con otro tono, más conciliador
Tuve tiempo de pensar las mil excusas para darle al viejo, mientras corregía un parcial: que la nota es injusta (demasiado agresivo); que en realidad es sólo un punto más, ¿qué le cuesta? (demasiado arrastrado); que esta es mi primera materia de la carrera, no sea así (demasiado lastimoso); que vine todas las clases, eso debería sumar como nota de concepto (demasiado ñoño); que no entiendo porqué me dice que algunas respuestas están incompletas: las variantes de mi discurso eran infinitas, pero ninguna me convencía. Así que opté para ir a lo básico: 'quería saber qué le faltó al parcial. Entiendo que una pregunta está incompleta, es justo el tema que menos preparé, pero pensé que las otras dos estaban para más', me animé a decirle
El viejo me invitó a sentarnos juntos en un banco, releyó todo el parcial y me explicó puntualmente cuáles habían sido mis omisiones. No tenía errores graves, pero me faltaba profundizar en algunos temas
'Si me pone un 7 vuelvo manejando la bici en cuero y cantando 'Noches mágicas', la canción de Italia 90', pensaba, desesperado, mientras él leía silencioso
Se extendió un poco en su explicación, a la que yo intentaba aportar algo, como para parecer interesado. '¿Tenés un 6 en el primer parcial?', volvió a preguntar. Le dije que sí. 'Está bien, yo te pongo un 7 en este, pero la verdad es que el parcial está para 6'. No dije nada más, no fuera cosa que la cagara justo ahí
Tachó el 6 que había escrito, al lado puso un 7 y me dijo la fecha en la que van a firmar las libretas. 'Muchas gracias, Jorge. Le agradezco', fueron mis últimas palabras, mientras intentaba esconder la sonrisa. Después me subí a la bici y cante 'Noches máginas' (o 'Notimáchine', en fonética) mientras andaba por Córdoba. No me quedé en cuero porque hacía demasiado frío. Con todo esto, podemos anunciar que el arte del regateo ha llegado a la facultad
Nota: si tuviera escáner, una imagen del 6 tachado y el 7 al lado estarían ilustrando el post. Pero no tengo
martes, junio 27, 2006
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