Lazar vuelve a su casa y la encuentra ocupada. En realidad, a la primera que se encuentra en su living es a una nena que repite todo lo que él dice. Cuando él se queda callado, ella habla sola. Evidentemente, la nena está medio loca, o algo. Pero lo cierto es que esa es su casa y él no conoce a esa nena, que ahora está dibujando árboles. Los mismos árboles que están dibujados en muchísimos dibujos que están pegados en las paredes de esa, que es su casa
Al ratito aparece la madre de la chica. Le explica que la nena es autista y que están viviendo en su casa porque estaba desocupada. Acuerdan en que es la última noche que ellas duermen ahí. Mañana se las toman. Al día siguiente, Lazar se encarga de empezar a saldar las deudas que tiene pendientes: va a la casa de su hermano y le dice que, en cuanto termine de almorzar, le devuelva la vajilla y ya que está se lleva las sillas, que también son suyas. Luego se aparece en el trabajo de un tipo que le debe bastante guita para exigirle que se la devuelva y también le va a pedir perdón a una señora que está mirando la tele, porque Lazar mató al hijo de esa señora y por eso se pasó 10 años en cana
Se imaginarán que la historia de una autista, su madre y un tipo que se pasó una década preso no es la más divertida del mundo. Pero 'Sueño de una noche de invierno' es una buena película, aunque tremendamente triste. Su director pretende que sea una metáfora sobre la actualidad política y social de Serbia y Montenegro, especialmente por el lado del autismo y de la falta de comunicación. Bien Ahí recomienda esta peli que se estrenó hoy en Buenos Aires, pero también sugiere llevar un contanier de carilinas (o pañuelos, según el gusto de cada uno) y no se hace cargo del ánimo con el que pueden salir del cine
jueves, junio 15, 2006
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