lunes, enero 31, 2011

Claves para pasar un verano menos de mierda

Vuelve esta sección vieja como el blog y útil como una puteada a tiempo

El tip que les estoy por compartir, ideal para casas o PH, me lo pasó Lili, la gigante que se encarga de la limpieza de la casa, o al menos eso se supone: en los días de mucho calor conviene mantener cerradas las celosías y ventanas mientras el sol las castiga. Se recomienda abrirlas recién cuando el sol haya aflojado. Por bobo que suene, este consejo me hizo pasar menos calor en estos días asquerosos

domingo, enero 30, 2011

En vivo y en directo

Trabajé con adultos con discapacidad mental durante los últimos seis años. Les enseñé periodismo, hicimos programas de tele, radio y revistas que circularon de forma interna. Más laburábamos, más claro me quedaba que podían hacer más, era cuestión de seguir laburando. Por eso, con un dream team, este año armamos un piloto que estamos sacando a la luz y del que acá pueden ver una puntita

Con ustedes, 'En vivo y en directo', el primer programa conducido y producido por adultos con discapacidad mental

jueves, enero 27, 2011

Uka chaka

En YouTube tiene casi seis millones de visitas pero yo recién ayer conocí este video. David no tiene vergüenza

lunes, enero 24, 2011

¿Cómo se dice soga en Alemán? Strick

Por unos segundos, todo se detiene a mi alrededor y quedo hipnotizado por una soga gruesa que aparece en la ventana del aula. Es gruesa, peluda. No imagino de dónde viene porque no hay gente trabajando ni una obra en construcción. La profe sigue hablando en su Alemán natal, Perez tiene cara de dormida y un compañero jubilado, Julio, alcanza el récord de preguntas inútiles por minuto. Pero yo no los escucho porque la soga me abre una ventana hacia la libertad. ¿De dónde colgará? ¿Por qué nadie más la mira? Pienso en abrir la ventana y tirarme sobre ella, como si fuera una liana que me va a rescatar por un rato de esta maraña de consonantes y de preposiciones. Esa soga me llevaría a un lugar mejor, con más aventuras que la de aprender cada declinación para el dativo. ¿Es real la soga? El compañero que está al lado de Julio debería verla, la tiene demasiado cerca. Y tiene mucha pinta de policía. Un oficial que se precie de tal, y que además es bilingüe, con lo cual es muy superior al 96% de sus colegas, debería darse cuenta de que algo esta por pasar. Pero él presta atención y copia todo lo que la profe escribe en el pizarrón. La soga se balancea bruscamente dos o tres veces y comienza a subir. Tomo a ese gesto como un saludo. Siento que la voy a extrañar pero no puedo darme el lujo de seguir distraído. La saludo yo también. Guten morgen

sábado, enero 22, 2011

Ex musical

Llegué al teatro con los brazos cruzados, haciendo puchero, con un amigo que me cuidaba por si me descompensaba y entradas gratis. Fui a ver a Andy Inchausti, con quien toqué todo el año pasado. Pero quiso cambiar de sonido este año y estrenó un trío. Cuando vi el anuncio del show en Facebook me sentí una ex novia. '¿Cómo? ¿Ya? ¿Tan pronto?' Encima publicó una foto, qué promiscuo. Después, por mail, invitó a toda la banda vieja, así que acepté

Me encontré con un ex compañero y le pregunté cómo estaba. 'Como en el casamiento de una ex', me dijo. Me sentí menos solo. Nos sentamos al fondo y me pasé el show buscando los errores, analizando los arreglos nuevos y aguantando las ganas de tocar. También fui el primero en aplaudir en un par de temas que la gente no sabía si habían terminado o si era un arreglo loco. A la salida le dije a Andy que me había gustado todo y lo felicité. A los músicos nuevos no los saludé y los maté con la indiferencia

martes, enero 18, 2011

Para Maru

Hoy se murió mi amiga Maru Kogan, nos conocíamos hacía más de 12 años y compartimos un montón de cosas que hoy estuve recordando en una despedida dolorosa, inesperada. Nuestra amistad tuvo mucho de epistolar. Podíamos pasar meses sin vernos pero nunca meses sin escribirnos. En realidad, nunca pasaban meses sin vernos porque nos cruzábamos mucho por la calle. Siempre fuimos vecinos, aún en distintos barrios, y debe ser la persona con la que más me encontré en la calle (incluso en el video club o la verdulería de Guardia Vieja y Medrano). Hace unos años la convoqué a una revista que quise editar y finalmente quedó inconclusa. Vino a un par de reuniones, participó, se entusiasmó y escribió este texto para la sección Cocina. No se me ocurre mejor manera de recordarla que leyéndola:

3 ingredientes para 3 platos

No soy Narda ni Martiniano,
mucho menos Dolly Irigoyen ni Francis Mallman.
No soy chef pero cocino.
Y me arreglo con lo que hay.

Para los que llegan a cualquier hora y tienen que inventar algo con lo que hay, para los que no tienen tiempo, todo el tiempo, de ir a comprar el ingrediente preciso, al barrio indicado, de aquella comunidad de donde viene el plato en cuestión, y porque la cocina cotidiana trata de hacer algo rico con eso que tiene pinta de sobra.

Tomates, huevos y un pedazo de queso cremoso

Omelette (para uno):
1 tomate
2 huevos
La cantidad de queso que le pondrías a una porción de pizza.

Batí los dos huevos en un bol pequeño. Cortá el queso y los tomates en cubitos.
Rociá la sartén con fritolín, y si no tenés, con apenas una gota de aceite. Ponela a fuego máximo durante aprox. un minuto y después bajá el gas a medio. Echá los huevos batidos, de modo que ocupen toda la superficie de la sartén (como un panqueque). Cuando se logre una consistencia más sólida sin que esté del todo cocida, echá, de un solo lado (porque el otro después lo vas a levantar para cerrar el omelette) los cubitos de queso y tomate. Esperá unos segundos y tomá una espátula o espumadera para levantar la mitad libre del omelette y cerrarlo. Luego de aprox. un minuto más, cuando el queso empieza a salirse por un costado, es momento de apagar el fuego, y servir.

Tip 1: si tenés orégano o ajo y perejil para echarle a los huevos batidos, obtenés mucho más sabor.
Tip 2: si le echás apenas un chorrito de leche a los huevos batidos, el omelette sale más esponjoso.
Tip 3: lo ideal es que la sartén sea de teflón (no así para otro tipo de fritura, como las papas fritas).


Ensalada de huevo duro, tomate y queso:
1 huevo por persona
1 tomate por persona
y de queso, lo que tengas

La clave de la ensalada es hacer bien el huevo duro:
Poné agua fría en un cacharro y apoyá (no lo tires porque se rompe) el huevo con el agua así, porque si esperás a que hierva, el cambio de temperatura quiebra el huevo. Poné a hervir el agua con el huevo y una vez que hierve, dejalo cocinar durante diez minutos. Sacarlo y poner a enfriar.

Cortá los tomates y el queso en cubitos.
Mezclá en un bol.

Tip 1: condimentar la ensalada requiere de un orden. Primero se echa la sal, después el vinagre o aceto, y para terminar, el aceite. No hay que empezar por el aceite porque teje una lámina que impide el paso de los demás condimentos.
Tip 2: si no sabés si vas a comer toda la ensalada, condimentá en tu plato y dejá lo que queda en el bol sin condimentar, así podés comerla al día siguiente (la ensalada condimentada, al día siguiente es incomible).


Bed Venedora:
2 huevos por persona
2 tomates por persona
Y si tenés, ajo.

Es una receta de de-formación árabe, que existe y se sirve en Medio Oriente casi tal cual a como se explica aquí. Simple, rica y hasta étnica. No es otra cosa que revuelto de tomate y huevo . El queso te lo dejo para la picada, mientras cocinás.
Cortá el tomate en cubitos. Echá una gotita de aceite en la sartén (esta vez recomiendo que no sea de teflón, sino esa vieja sartén toda corroída que cocina las frituras más ricas) y calentá a fuego máximo. Después de unos segundos, si tenés ajo, saltá el ajo, y si no, directamente los tomates. Dejalos en fuego máximo hasta que hiervan y empiecen a deshacerse y ahí rompé los huevos y echalos a la sartén. Revolvé como para que quede el huevo revuelto con el tomate. Echá toda la sal que quieras y serví.

viernes, enero 14, 2011

Yo soy de issos

¿Vieron que hay tipos que se la pasan falando en portuñol apenas llegan al aeroporto? Bueno, yo soy de issos. Me pasé la lua de méu falando en tudo momento. Y con mucho sucesso. El último día, escuché cuando un vendedor le decía a otro que yo hablaba portugués. ¡Valeu, cara!

jueves, enero 13, 2011

Acerca de las bicis con motor

El título de este post estuvo puesto durante los últimos meses pero no lo podía escribir porque no lograba descifrar qué pensaba acerca de las bicis con motor. Se pusieron de moda en este último año, justo el año en que menos anduve en bici porque no pude recuperarme del robo que sufrí hace un tiempo. La mejor bici que tuve en mi vida fue reemplazada por una de mi vieja, que estuvo encerrada durante más de 20 años en una baulera. Se podrán imaginar que, como cualquiera que sufra semejante inactividad, la bici necesitó de mucha kinesiología para volver a tener un andar decente. Se me rompió demasiado seguido, pinché muchas veces, se me desarmó de distintas formas

Esa bici, elegante, roja, un talle más chico de lo que necesitaba, fue pésimamente arreglada (a martillazos, frente a mi mirada atónita) por un bicicletero que está por recibir una carta documento. Con esto quiero decir que no estoy andando en bici hace meses y que no tuve demasiada cercanía con este engendro que ganó las calles porteñas en los últimos meses. Hasta hoy, cuando vi a un flaco que estaba tunneando a su bici en ese mismo momento. Y ahí, en plena operación, me sentí como en un quirófano. ¿Qué es eso de andar agregándole órganos a una bici? La bici es como es. Y por algo nunca tuvo motor. Desde el momento en que se le extirpa su principal gracia (ser uno su propio motor), la bici deja de ser tal para pasar a ser otra cosa, medio travesti, que no me interesa para nada

sábado, enero 08, 2011

Next Level

Tengo comprobado que si a alguna persona le cuento que en marzo me voy a Alemania, una de sus primeras tres preguntas será '¿y con la casa qué vas a hacer?'. Durante meses, respondí que recién me iba a preocupar por ese tema cuando volviera de la luna de miel. Dos días después de haber vuelto, un gran amigo se transformó en inquilino. Me alivió tanto que esa respuesta llegara tan rápida y naturalmente. Él se quedó mientras no estuvimos, la cuidó, aprendió las mañas para algunas puertas, le habló a las plantas (también las regó), conoció a Lili. Esa pregunta era como una usina de ansiedad. Ahora que está desactivada, permite planificar con mayor claridad. Por ejemplo, cada vez que abro el placard miro la ropa y juego un casting mental. Imagino qué me llevaré y qué será descartado. El jueves separé unas cuantas remeras que no vendrán a la aventura europea y se las regalé a unos amigos (hippies). Las dejé arriba de una mesa y dejé que ellos se las dividieran. Con estas cositas, y también con empezar esta semana un curso intensivo de Alemán, me doy cuenta de que me estoy yendo. Y a medida que se acerca la fecha (que no tengo confirmada), me voy cebando un poquito más

viernes, enero 07, 2011

Adiós año viejo

Lo vimos salir del árbol que estaba al lado del balconcito, durante el atardecer del 31 de diciembre. Era tan feo que no quiso mostrar su cara, sólo vimos parte de su cuerpo y su cola, que se iba haciendo más blanca a medida que iba terminando. Era una comadreja o un bicho similar. Andá a saber cómo se dice en portugués. Pesado se lo veía. Grandote. Bajó sin mucha gracia del árbol, se metió entre unas plantas tropicales y no se lo vio más. Era el 2010. Así se escapaba, antes de que empezaran los brindis y los fuegos artificiales. No se quedó a la fiesta, se fue sin saludar. No podía esperar menos de un año al que corrí de atrás durante varios meses y, una vez que lo alcancé, se me fue más lejos todavía. Nos quedamos sorprendidos con la aparición del año viejo. Perez a los pocos días se encontró con el 2011 en el medio del mar, pero esa es otra historia

Lecturas de verao

'Nuestro hombre en La Habana', de Graham Green: hace poco leí que alguien lo recomendaba mucho y el libro no me defraudó. Es la historia de un inglés que vive en Cuba, vende aspiradoras y recibe el ofrecimiento para transformarse en espía para su país. Mi personaje preferido fue su hija, una proto putita en desarrollo, que lo manipula y lo hace quedar aún más tonto. Me encantan los libros y las pelis en las que las autoridades militares son ridiculizadas en sus modos, sus estructuras y sus ideologías. Ese mundo del recontra espionaje (con sus tragos a cualquier hora del día) queda muy bien retratado

'La máquina de pensar en Gladys' y 'La banda del ciempiés', de Mario Levrero: Dolly vino a casa, me dijo 'te traje este libro. Te va a gustar' y me entregó 'Dejen todo en mis manos'. Bien esa actitud, hay que copiar ese gesto. Me encantó esa novela, me cagué de risa, la presté sin su permiso (ya me la devolvieron) y seguramente la regale en breve a algún amigo. Me entusiasmé con Levrero y compré estos dos, que me gustaron mucho menos. Encontré un tono y un humor similar en 'La máquina de pensar en Gladys', que tiene algunos cuentos muy cortos y otros más largos, de más de 30 páginas, pero la novela se me hizo muy larga. Y desapareció por completo la primera persona del tipo, que era lo que más me gustaba

'Agosto', de Romina Paula: la leí en un día y me gustó mucho. Me interesó más la forma en la que está contada que la historia en sí. No me identifiqué con algunos guiños generacionales (no vi 'Generación X' ni 'Six Feet Under', ni me acuerdo qué cantaban Counting Crows) pero me gustó que aparecieran. Es un relato muy oral y lo asocié a la idea de un diario grabado que de un diario escrito. Me gustaron los capítulos en los que la protagonista contaba alguna noticia sangrienta que había escuchado en la radio o leído en el diario. Por momentos odié a la protagonista por su enrosque mental pero, bueno, era una mina que te enrosca y después no coge

Para darle descanso al ojo, también me llevé dos libros gráficos

'El síndrome Guastavino', de Carlos Trillo y Lucas Varela: cuenta la historia del hijo de un milico torturador de la última dictadura. Me gustó más esa búsqueda por darle una vuelta a un relato de esa época que el cómic en sí. Los dibujos son geniales y la trama, a veces, se me hizo medio demasiado de género. No me gusta mucho ver a un personaje pensando cosas como 'ahora iré a mi casa y pondré en marcha blaca blaca'. Igual, está muy linda la edición y banco como loco este mini furor historietil argentino
que se viene sosteniendo hace un tiempito

'Antifichus', de Rapa Carballo, Andrea Carballo, Sole Carballo y Gustavo Álvarez Núñez . Es una especie de enciclopedia gráfica sobre la Argentina, su historia, sus héroes, costumbres, la argentinidad, por así decirlo. La estética toma como disparador a una colección de figuritas que encontraron unos hermanos en la casa paterna, o algo así, y tampoco me interesa si esa historia es real o no, con que hayan tenido la idea me parece suficiente. Además de las fichus intervenidas, muchos artistas de estéticas y técnicas muy distintas completan esta disección del imaginario argentino. Pop con neurona

miércoles, enero 05, 2011

El crucero invasor

Como hace un tiempo, un viaje se empezó a terminar antes de tiempo a causa de una inesperada invasión de argentinos. Me había preparado mentalmente para reencontrarme con mis compatriotas un día después, en el aeropuerto, por lo que el factor sorpresa hizo que el impacto fuera mayor. Me había pasado dos semanas casi exclusivamente entre brasileros, rodeado de las panzas de ellos y de la coquetería de ellas. De su cordialidad hasta para pisarte y para colarse siempre que pueden. No entiendo a los que no les gusta Brasil o los que odian a los brasileros. Tenemos tanto para aprender. Volví, una vez más, idealizándolos, mirándolos con una admiración de adolescente. Porque, no jodamos, son genios: tienen playas increíbles, viven con poca ropa, ellos en sunga, ellas llevan vestiditos, accesorios y cremas a todos lados. Disfruté falando portuñol y compartiendo excursiones con tomadores permanentes de caipirinhas. Hasta que el cielo se empezó a nublar. Primero vi a un flaco con un short de Gimnasia de La Plata, pocas cuadras después escuché a una mina que le estaba enroscando la cabeza al novio y cuando vi a un padre con dos bosteritos me quedó claro que la invasión era un hecho. Cada dos días, llegan cruceros a la isla y, en este caso, se trataba de un cargamento de argentinos. Los trámites de migraciones los empecé en la playa, cuando escuché la palabra 'Sarandí' dicha con mucha tonada porteña. Se me empezó a ir el bronceado, me volvieron dos contracturas y se me desató la sunga. No dejemos pasar por alto este detalle: me compré una sunga y la usé casi todos los días. El único día que no la usé fue porque estaba demasiado mojada y la verdad es que la extrañé