Las rutinas familiares tienen estas cosas. Muchas escenas se repiten sin que nos demos cuenta. Preguntas, comentarios, peleas, chistes, salidas o eventos suelen tener la misma forma hasta que descubrimos que ya hemos vivido esa misma situación. Y ahí aparecen dos opciones: nos enfurecemos ante la repitición (¿cuántas veces tu tío te puede preguntar sobre la carrera que abandonaste hace 4 años?) o bien les tomamos cariño
Todos los años la primera en llamarme para felicitarme por el día del periodista es mi tía Eli. Digo que es la primera porque me llama muy temprano. Lo mejor del caso es que ella fue la que se dio cuenta de que habíamos entablado esa rutina y que me venía despertando con sus llamados
Entonces ahora lo vive como una picardía: algunos días antes comienza su tortura psicológica con algunas amenazas. Jura que me va a llamar a las 7 de la matina o quizás más temprano. Cuando finalmente me llama, siempre me pregunta: '¿te desperté?'. Claro que me despierta, pero a mi no me molesta, porque en algún punto estoy esperando que me despierte, para que todo vuelva a empezar. El año pasado me llamó temprano, pero yo ya estaba despierto. Con tal de no romper con nuestra tradición me hice el enojado, porque esas no eran horas de llamar
Tengo miedo de que hoy no me llame, porque almorcé ayer martes con ella. Espero que el teléfono suene cerca de las 8 y más le vale que sea ella con su tono picarón
Actualización al mediodía: no me llamó la muy guacha
miércoles, junio 07, 2006
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