viernes, febrero 29, 2008

Viernes sin control

Luego del show del viernes pasado, me pasé toda la semana escuchando a Café Tacvba (ahora soy más fans que nunca). A partir del blog de Willito, me acordé que un tema que ellos grabaron en 'Avalancha de éxitos' en realidad es un cover de una banda increíble. Aquí tienen las dos versiones

Empecemos por Flans y su versión original


Y, ahora sí, la versión tacuba, un poco más rockera

jueves, febrero 28, 2008

Competitivo

Mi amigo, y fiel comentarista de este blog, Leo Carioca hace unas semanas me mandó una foto que se había sacado con Manu Chao en un bar de Río de Janeiro. Mientras se abrazaban, cada uno levantaba un dedo pulgar a cámara. En la foto parecen amigos de toda la vida. Me puse contento por Leo, pero más grande fue la envidia que me despertó esa foto de mi amigo con uno de mis ídolos de la adolescencia

A los pocos días de ver la foto, soñé que yo también me encontraba a Manu Chao y le pedía sacarme una foto. El, gentil, aceptaba el plan. Alguien nos sacaba la foto, pero salía mal, por lo que le pedía a Manu que nos sacáramos otra. Con un poco menos de ganas, volvía a aceptar. Para mi mala suerte, la foto volvía a ser malísima. Ya avergonzado, me abusaba de la confianza de Manu y le reiteraba mi pedido, mientras él volví a aceptar. La tercera foto no era la vencida. Es más, era la peor de todas, ni siquiera se nos distinguía. La situación ya era demasiado vergonzante, así que le agradecía a Manu y lo despedía, mientras me daba cuenta que ese plan nunca iba a salir bien porque era fruto de la envidia. Así soy, me alecciono hasta en sueños

Teoría sobre Star Wars

Ayer me enteré que van a salir dibujitos animados de Star Wars y se me apareció la teoría de que esa trilogía es al cine lo que los Beatles a la música. Siempre encuentran la forma de lanzar un nuevo producto, una vez cada dos o tres años y, de esa forma, el tongo nunca termina

miércoles, febrero 27, 2008

Defensa a mi celular

Con muy pocos días de diferencia, he recibido varios chistes con respecto a mi celular, que no es otro que el que ilustra este post. Me preguntaron si era nuevo, me sugirieron cambiarlo y hasta me dijeron que por sólo 100 pesos podía comprarme uno con no sé qué chiche. Sepan una cosa, señores, a este celular, horrible, arcaico y que ahora no está en su plenitud, lo banco como loco. Muchos lo han cambiado y se han arrepentido por ello. Yo lo seguiré usando hasta perderlo, se rompa o me lo roben, pero no lo voy a abandonar por uno más nuevo, que incluya alguna función que, hasta ahora, no necesitaba

Además, si la pasión por lo retro hizo que volvieran las zapatillas de los 90 (después de mi paseo por Europa me quedó más que claro que volvieron hasta las Reebok Pump), en cualquier momento se vuelve a poner de moda mi celular y allí estaré yo, a la vanguardia, como siempre

martes, febrero 26, 2008

Marche un casting

No era suficiente con los spots publicitarios de Fabián Gianola y Carmen Barbieri en distintos juegos de azar (no recuerdo si publicitan el Tele Kino o el Quini 6), así que otro juego, que debe ser muy parecido a alguno de ellos, que tiene como título 'Jugá con Maradona', convocó al Colorado Liberman para que sea su cara publicitaria

Si siguen con esa política a la hora de hacer los castings, van a lograr que les haga juicio a su área de Recursos Humanos por daños y perjuicios morales. No tengo dudas de que debe haber algún resquicio legal para demandar a alguien por poner a Carmen Barbieri, por ejemplo, en las teles del subte

lunes, febrero 25, 2008

Hoy quiero ser esta burbuja gigante

Carnavaleando

El reencuentro con amigos es una de las pocas cosas lindas que tiene volver de vacaciones. A eso me estoy dedicando desde el martes pasado. Ayer fue el turno de mis queridos amigos Fede y Marie. Luego de hablar mucho, de jugar con su hija, de seguir hablando y de cenar, emprendí el viaje en bici desde su Urquiza natal hacia Almagro. Tal vez, era el viaje más largo que emprendía dentro de la ciudad (digo 'dentro de la ciudad' como si fuera de ella hubiese tenido algún viaje largo)

Salí de su casa pasadas las 23.30 y en el camino me crucé con tres corsos distintos. El primero, en pleno Villa Urquiza, fue el que sufrí más de cerca. Si bien el tránsito estaba cortado, con la bici no respeté las señales que indicaban un desvío y seguí andando por Triunvirato, intentando esquivar a quienes participaban de la fiesta popular. Las primeras dos cuadras las anduve con mucho cuidado. No quería pisar a nadie ni, mucho menos, ser víctima de algún atentado con esa espuma en pomo

La tercera cuadra ya fue imposible hacerla en bici, así que la caminé. En cuanto me bajé, y mientras un cantante se lucía sobre la pista de 'Cuidado con La Bombachita', recibí un baño de bautismo. No supe qué hacer con la espuma que ahora me adornaba la cara y la remera. Si me la sacaba, temía quedar como un amargo y dar la sensación de estar demasiado pulcro en medio del quilombo. Eso podía llamar la atención de los vándalos, que se tentarían con volver a atacarme. Opté por dejarme la espuma. De alguna manera, me convencí de que los rastros de haber sufrido un reciente ataque los iba a amilanar. Se terminó produciendo el efecto contrario: la sangre llamó a los vampiros y en pocos metros recibí otros dos ataques. Uno de ellos fue en el centro de mi ojo derecho y comprobé que esos productos no producen ardor. En cuanto pude, volví a subirme a la bici para intentar escapar lo más rápido posible

Algunas cuadras más adelante, también sobre Triunvirato, me topé con otro corso, pero ya se me habían ido las ganas de sumarme al festejo. El ritual de micros de escolares, bombos, lentejuelas y gritos por micrófonos se repitió cerca de Canning y Corrientes. Un año más, llego a la misma conclusión: del carnaval me gusta todo, menos el carnaval. Me encanta que la gente festeje en las calles, que se baile, que se toque, que se recupere el espacio público como lugar de encuentro, pero todo, absolutamente todo (la música, los trajes, los bailes), me parece feo

domingo, febrero 24, 2008

Parejas secas

Hace un tiempo, se me ocurrieron dos fotologs: el primero era Estamos dormidos, que empecé apenas recibí, feliz, la cámara digiral que me regalaron mis amigos por mi último cumple. El otro, era Parejas secas, que iba a mostrar a distintas parejas aburriéndose, básicamente. Quería captar esas escenas que tanto temo protagonizar algún día: una pareja comiendo en un restorán, sumergida en el peor de los silencios; dos que bailan como si fuera un trámite; gente que camina de la mano pero uno de ellos lleva auriculares. Sacarle fotos a esas parejas me parecía algo arriesgado, pero sería una especie de exorcismo para jamás caer en esas escenas soporíferas, si es que eso es posible

Como suele suceder, esa idea ya se le había ocurrido antes a alguien, que además la puso en marcha, sacó un libro y armó una muestra que dio la vuelta al mundo. El fotógrafo se llama Martin Parr y tuve la suerte de conocer su obra en una restrospectiva en Berlín. Aquellos que les interesen las fotos (algunas son divertidas), pueden entrar acá

Nuevos ídolos. Hoy: Javier Pizzo

Leyendo algunos blogs que había abandonado durante mis vacaciones, me enteré que Javier Pizzo, un ignoto desconocido, le ganó un juicio por 200 mil pesos a Mauro Camoranesi, futbolista argentino, nacionalizado italiano, ganador de la última Copa del Mundo y jugador del Juventus, por haberlo lesionado en 1994

En un partido entre Aldosivi y Alvarado, correspondiente a la liga de Mar del Plata, Pizzo sufrió rotura de ligamentos, meniscos y tendón de una rodilla, luego de recibir una patada de parte de Camoranesi. Esta lesión frustró la promisoria carrera de Pizzo que, a partir de hoy, es uno de mis nuevos ídolos

sábado, febrero 23, 2008

Es fija

Siempre soy más feliz después de ver un show de Café Tacvba

viernes, febrero 22, 2008

Bien rodeado

Mi amigo Juan llegó hace poco a una fiesta con un cajón de frutillas, una botella de ron y una licuadora. 'No quería dejar nada librado al azar', dijo. Eso es actitud. Eso es estar bien rodeado

Viernes a todo galope

Luego de algunas semanas de abandono, vuelve esta sección a Bien Ahí. Y para ello, nada mejor que este video increíble de un joven Carlos Vives. Presten atención a su look, al casting de chicos (muy políticamente correcto: un gordito, un negrito, una nena y así) y a las coreos. Iba a comparar este video con uno de Barney, el dinosaurio, que es un personaje para nenes, pero al tercer video que vi de Barney me empecé a deprimir, así que prefiero sólo publicar éste, de Vives, que me parece un temazo

miércoles, febrero 20, 2008

Discos de verano

Una de las cosas que extrañé durante mis vacaciones fue conocer nueva música. Por todos lados, iba con un papelito y una birome, para anotar nombres de bandas que escuchaba por ahí o que veía en algún cartel. Así fue como conocí a The Puppini Sisters, un trío de minas que me llamó la atención en Berlín. Por suerte, antes de perder ese papelito, encontré 'The rise of Ruby Woo', su segundo disco por ahí, así que acá lo pongo a disposición de quien lo quiera escuchar. No es la gran cosa, pero es lindo, tiene covers, un poquito de jazz, un poquito de pop, y da para escucharlo en un atardecer

Además, estuve escuchando 'Autopista', de Federico Aubele (muy tranqui, nada de rock, medio electrónico y, por momentos, a pasitos del tango electrónico, cosas que me asustó y todavía no sé cómo lo estoy digiriendo) y también me bajé la reedición de 'Thriller', de Michael. No sé si los discos de las Puppini y de Aubele me gustaron o si los borraré dentro de poco porque todavía no los escuché lo suficiente, pero me dieron ganas de compartirlos porque me resularon algo originales

Aviso

Que haya vuelto físicamente no quiere decir que esté, precisamente, acá. Bajar de las vacaciones es un ejercicio algo más arduo de lo que parece y no estoy dispuesto a enfrentarlo. El que avisa no es traidor

martes, febrero 19, 2008

Argentinísima

El vuelo de regreso debía salir a las 15.30, desde Madrid. A las 13 anunciaron que iba a haber una demora de dos horas y nos invitaron a almorzar. La maratón de argentinos en búsqueda de alimento fue sólo el preámbulo de las horas de pesadilla que vendrían. En la cola estaba un flaco con la camiseta de Argentina del 86 con el 10 estampado en la espalda, gente de distintas provincias que se preocupaba por las combinaciones de vuelos, turistas que se empezaban a empapar de argentinidad y cientos de personas más. Eramos más de 300, así que imaginen el cuadro. Mientras almorzábamos, por los parlantes anunciaron que el vuelo iba a salir, pero ocho horas después, a eso de las 23 y, esta vez, nos invitaban a pasar un rato en un hotel

La indignación popular era similar a la de los ahorristas, siete años atrás. Mientras una señora recordaba que no teníamos por qué enojarnos con el único empleado de Aerolíneas que apareció, otra llamaba a su agencia de viajes y los acusaba de estafadores. Al lado mío, dos argentinos, que habían estado trabajando durante los últimos años en España, intercambiaban anécdotas: los dos laburaron en gastronomía y acordaron que los hombres de ese país nos odian, pero que 'con las minas está todo bien'. Yo no terminaba de entender todo lo que pasaba, quería escuchar todas las voces a la vez, saber todas las historias y, paradójicamente, quería alejarme de todos. Lo mejor hubiera sido ser invisible, así podría haber chusmeado un rato y haberme ido cuando hubiese estado satisfecho

El viaje en micro al hotel duró poco menos de 10 minutos, pero fueron suficientes para escuchar distintos estilos de humor argentino: ácido, irónico, gritón, hubo para todos los gustos. En el hall del hotel, que era publicitado como el más grande de España, había un auto intervenido, que pretendía ser una obra de arte. 'Dalí se murió, pero otros siguieron con las pelotudeces', analizó uno con tono inconfundiblemente porteño. Luego de otra cola, me dieron la habitación 2324

La pieza tenía la cama más grande en la que estuve en mi vida, un escritorio muy pituco, muchas toallas y un baño bien equipado. Miré la tele un rato, leí dos diarios, me bañé, hablé por teléfono con mi vieja para contarle las novedades, (Aerolíneas te permitía un llamado de no más de 3 minutos) y miré un poco más de tele. En España siguen dando programas al estilo 'Moria y vos' o el de Cristina. Me enteré del caso de un hombre que había estafado a su ex y se peleaban en cámara. También había canales alemanes, coreanos y de algún lugar de Medio Oriente. Hubiese seguido mirando la tele si no hubiese tenido que bajar a las 20 al hall, para volver al aeropuerto

El micro de regreso al aeropuerto fue más tranquilo. Se dio un encuentro emotivo entre un flaco que estaba viviendo en España y una mina que era amiga de su hermana. Una vez que pasamos migraciones, el problema se dio en la puerta de embarque. Junto a nuestro vuelo, estaban los pasajeros del vuelo hacia Buenos Aires que debería haber salido a la mañana, pero tambièn estaban demorados. Luego de muchos gritos, de que no apareciera nadie de la aerolínea y de algunos empujones, se informó que el vuelo que iba a salir iba a ser el mío. Los pasajeros del otro vuelo debían volver al hotel y saldrían al día siguiente, al mediodía

No faltaron los gritos, las amenazas, los amagues de una sentada. Un español que viajaba junto a su novio, se indignó y rompió una máquina. Una inglesa lo retó y le dijo que eso no servía para nada. Una mendocina amenazaba a alguien de Aerolíneas diciéndole que 'hay mucha gente dispuesta a romper todo'. Por el micrófono, alguien dijo que había que formar dos filas para empezar a embarcar. Nadie le hizo caso y se formó una especie de scrum. Un español, de unos 40 años, canoso, con aritos y una rasta, dijo que no entendía por qué los argentinos no podíamos cumplir con lo que nos decían por micrófono. 'Aquí, en España, estamos acostumbrados a cumplir las normas'. Ese fue el comentario que me despertó más violencia en toda la jornada

Una hora después, más o menos, entramos al avión. Las dos filas delante mío estaban ocupados por una pareja de religiosos judíos, que debían tener, como mucho, 35 años y ya tenían 5 hijos. El vuelo fue más o menos normal, con turbulencias, bastante mala onda de parte de la tripulación, dos películas de las que no vi ni un segundo y un desayuno que incluyó un sánguche (ni siquiera alcanzaba la categoría de 'sandwich') en pan lactal. Supongo que sólo en Aerolíneas sirven pan lactal. Cuando el avión aterrizó, aparecieron los aplausos a los que alguna vez me gustaría sumarme, pero todavía me da no sé qué y así culminó el baldazo de argentinidad que tuve luego de tanto glamour europeo

sábado, febrero 16, 2008

Otra aventura en Berlín

Salimos de casa con dos objetivos claros: conocer, por recomendación de eltrava, Kunsthaus Tacheles, que es una especie de centro cultural ocupa, e ir a tomar todo el vino que pudiéramos a un lugar en el que la cifra de la cuenta la decide el cliente. Antes de llegar a la puerta de abajo de casa, ya estábamos en cualquiera. La dispersión era total. Nos subimos a un subte al que podríamos llamar El Subte del Quilombo: grandotes rapados tomando cerveza, parejas de teens muy bien vestidos, chicas producidas que iban a bailar, el panorama era bastante completo. Por primera vez en todo el viaje, pude escuchar a la gente hablando a un volumen alto en espacios públicos. A diferencia de las otras ciudades en las que estuve, en Berlín se nota que hay gente que la pasa mal, que quedó en el camino, son personas que están desesperadas y se les nota. Muchos de ellos estaban ayer en el subte, con nosotros

Nos sentamos enfrentados en un asiento de cuatro y al lado nuestro había una pareja que parecía no conocerse. También, lógico, estaban sentados enfrentados. En un momento que no sé precisar cuándo fue y de alguna manera que no llegué a ver, el pie derecho de ella se apoyó en la entrepierna de él. Lo hacía con mucho cuidado, casi en silencio. Mientras ella inclinaba su cabeza hacia adelante y se tapaba la cara, él simulaba no estar recibiendo ningún tipo de estímulo. Pretendía dar la apareciencia de dormido, pero con una mano la tomaba del tobillo con fuerza. Más tarde, los dos pies se ubicaron en el mismo lugar, aunque ahora hablaban entre ellos. Quedaba claro que se conocían, pero que el primer rato que compartimos habian estado en silencio. O peleados. No se sabe y no les quise preguntar

Nos bajamos en la estación indicada, pero nos perdimos con la misma velocidad que el frío empezó a congelar las pocas partes del cuerpo que estaban desprotegidas. Nos habían avisado que sería un día muy frío, pero jamás me imaginé tanto. Debían hacer cinco grados bajo cero, como mínimo (¿o como máximo? No sé, me marea la temperatura bajo cero). Encontrar el bar del vino barato ya no era tan sencilo como parecía hacía un rato. Luego de caminar mucho, de chequear 200 veces en el mapa, de cruzarnos con nombres de calles imposibles, de entrar a un bar a recuperar la temperatura corporal y la sensibilidad en algunas partes, encontramos ese lugar que nos iba a dar mucho vino a cambio de pocos euros

En la entrada una señora que hablaba como si viviera separando en sílabas nos explicó que el ingreso de la gente estaba planificado hasta las 24, pero que ya eran más de las 24 y que a partir de ese momento sólo iban a permitir la salida de los que ya estaban dentro. Le expliqué que habíamos venido desde muy lejos para tomar una copita, que hacía frío y le pregunté si podía hacer una excepción ante tanto atenuante. Ella simuló no haber escuchado y arrancó de nuevo su explicación. Detrás suyo, había un cuadro dibujado con distintos Maradonas: en Sevilla, en Newell's, en su rergreso Boca. El Diego de los 90, podríamos decir. Y bueno, se entiende, un lugar que elige a ese Diego y no al anterior no puede tener muy buena onda, así que nos fuimos en busca del centro cultural ocupa

El camino tampoco fue demasiado directo: nos perdimos, nos reencontramos, nos volvimos a perder, tomamos unos vasotes de cerveza en un lugar (en el que apenas entramos vimos a un negro desafiando las leyes de gravedad con un vaso en su cabeza y a otra gente fumando porro), nos volvimos a fijar en el mapa para perdernos con más precisión hasta que encontramos la calle y el número que buscábamos

En las escaleras había carteles que anunciaban obras de teatro y recitales. Todo era muy colorido, muy combativo, con caras de Bush graciosas y frases que completaban consignas inentendibles. Yo esperaba que el centro cultural fuera algo parecido a una fiesta de Sociales, con gente con rastas, chicas con vestidos sobre sus jeans, reggae y porro. Pero nos encontramos con un boliche de lo más normal, con música electrónica, una entrada de dos euros y bastante gente. Tomamos otra birrita, probamos un trago, recuperamos la temperatura corporal y volvimos al frío, esta vez con el objetivo de ir directo a casa

En el camino nos metimos en un bar que nos llamó mucho la atención por algún motivo que no recuerdo. Dentro había un ejército de personas que parecían extras de Matrix, así que eso nos dio mala espina y preferimos volver a casa. Eran más de las 3 y el subte todavía andaba porque los fines de semana funciona toda la noche. Un cartel nos informaba que el próximo vendría en 5 minutos y que 15 minutos más tarde vendría otro. Nos subimos al subte, que seguía siendo El Subte del Quilombo, pero esta vez con más gente rota. Nos sentamos enfrente de una chica que estaba vestida de negro, escuchaba auriculares y escribía a mano sin parar en un anotador cuadriculado. No levantaba la vista de sus hojas y no transmitía otra emoción más que desesperación. Por la velocidad con la que lo hacía, parecía estar escribiendo un dictado formulado por un rapero. Tomaba traguitos cortos de su botella de cerveza, sin levatar la mirada. En el mismo vagón un grandote leía de parado un libro desde una cercanía muy llamativa y cinco fumones se pasaban unos CD's que sacaban de una mochila. Uno de ellos tenía un porro sin prender en la mano. Imagino que todos nos habiamos colado, pero no me sorprendería si alguno pagó su ticket a esa hora. Acá hay un espíritu que logra amalgamar, de alguna manera, al descontrol y al orden

Llegamos a casa y yo estaba casi helado. No puedo decir que no me habían avisado que hacía frío. Tampoco puedo decir que no me habían advertido que Berlín está viva. Acá pasan cosas, muchas más de las que yo puedo ver y muchísimas más de las que están a la vista

jueves, febrero 14, 2008

Aventuras en Berlín

Con precisas instrucciones, encaro una caminata hacia un negocio que vende ropa de segunda mano en el que vi unas zapatillas que me interesaron. Llego a la calle en cuestión, mientras intento memorizar los nombres de las bandas cuyos carteles, por algún motivo, me despiertan curiosidad. Me dejo llevar por los looks y los nombres de los grupos, total, no entiendo nada. No encuentro el negocio, debe ser porque el otro día lo vi de noche, igualmente me entretengo en otros. Hace frío y me da fiaca volver caminando por el mismo camino, así que me cuelo en el subte (acá no hay molinetes. El único inconveniente puede suceder si algún chancho te intercepta). A las cinco paradas me doy cuenta de que me lo tomé para la dirección equivocada, así que me bajo y tomo el que vuelve. A las tercera parada veo que suben empleados del subte, por lo que mi espíritu de supervivencia me aconseja bajar. Espero al siguiente con otras dos personas en una estación desolada. Me aburro. Llega el otro subte. Me lo tomo. No hay guardias a la vista. Llego a la estación. Bajo y llego a casa. Demasiadas emociones para una mañana de vacaciones

miércoles, febrero 13, 2008

Colado

De golpe me topé con una alfombra roja y muchas luces frente a un cine. Mi olfato de periodista me dijo que había un evento cerca. Me colé con mi cara de boludo especialmente desarrolada para este tipo de ocasiones. Tomé jugo de naranja como si fuera la primera o la última vez. También lo mezclé con la única copa (sin gas) de champagne que encontré por ahí. La Berlinale (el festival de cine de acá) me dio la bienvenida a la ciudad. También me quedó claro que la raza de 'periodista termita', tan precisamente definida por Lake, es una plaga mundial

martes, febrero 12, 2008

Gataflorismo viajero

Me pasé días quejándome porque no entendía una gota de francés, holandés o alemán. En cuanto escuché a tres gordis hablando (y gesticulando) en argentino en un bar, puse mi mejor cara de europeo y procuré que no escucharan mi acento

Teoría turística

La municipalidad de Amsterdam invierte dinero y esfuerzos para que sus calles tengan algunos elementos flasheros que permitan que los drogados se sorprendan y entusiasmen con la ciudad. Por ejemplo, ayer me encontré un monitor en una calle y pocos minutos después me crucé con una camioneta naranja flúo

Con esta estrategia, el gobierno se asegura que los turistas sigan llegando a Amsterdam con ganas de drogarse y de divertirse. Piénsela, no es nada descabellada esta teoría

lunes, febrero 11, 2008

Cita intoxicada

'Uno debe estar ebrio siempre, si no, se siente el paso del tiempo que curva los hombros. Debemos intoxicarnos con vino, con poesía o con virtud, usted elige. Pero intoxíquese'

Charles Baudelaire

Los robots también charlan


sábado, febrero 09, 2008

El museo de la mala onda


Datitos al pedo

Esta es una breve recopilación de datos al pedo que fui enterándome en las últimas semanas:

- En las calles de Amsterdam hay unas cabinas que sirven para que el peatón haga una meadita. Algunas son una especie de pequeño laberinto, en las que se les puede ver la cara y los pies al usuario, otras son menos sofisticadas y apenas tienen una parecita de metal al lado de una pared de ladrillos

- Pollerudo en mexicano se dice mandilón. Y cuando alguien anda de buena racha con las chicas, en español se lo puede llamar 'ligón' (porque liga) o 'follarín' (creo que toda aclaración será redundante)

- Los teléfonos públicos de Amsterdam funcionan sólo con tarjetas de crédito. Nada de monedas o tarjetas telefónicas. Para los troncos, como yo, que ni siquiera tenemos tarjeta de débito, queda la esperanza de las señales de humo

- En Francia el Estado ofrece un subsidio para artistas que tienen trabajos esporádicos. Para recibir un sueldo mensual es necesario demostrar que diferentes personas te contrataron durante cierta cantidad de veces a lo largo de un año

- En Londres hay 300 mil cámaras instaladas en espacios públicos y se espera que para fines del 2008 esa cifra llegue al millón

- En Amstedam te podés comprar un gramo de un porro muy prometedor en algún coffe shopp por 12 euros, pero está prohibido tomar alcohol en los espacios públicos
- El deporte nacional holandés más popular son las carreras de patinaje sobre hielo

1 amb, apt prof, lum


viernes, febrero 08, 2008

3 inventos grosos

En mi corta estadía en Francia me crucé con tres inventos muy grosos que me llamaron la atención. Son pequeños utencillos que, sin dudas, mejoran la calidad de vida. Con ustedes, los artistas:

Pesca-pickle: los frascos de pickles incluyen este sistema sensacional para facilitar la captura de los mismos. Se trata de un colador que, al subirlo, acerca los pickles al usuario sin necesidad de sumergir el tenedor en el líquido ni de concentrarse para intentar pinchar a esa cebollita que se escapa para sobrevivir. Ideal para fiacas y gordillos





Accesorio fosforescente para el ciclista: en lugar de los broches en la manga del pantalón que se suelen utilizar para evitar que la prenda se enrede con la cadena de la bici, por estos lares sale mucho esta bandita fosforescente que sirve tanto para el cuidado de la vestimenta como para que los conductores divisen al ciclista en la oscuridad





Caza uña para alicate: estos aparatitos, que tanto miedo me dan, que sirven para cortar las uñas incluyen un moderno sistema que captura la uña recién cortada. Luego de la sesión, se quita el alicate y se vacía este receptáculo. En definitiva, ciencia y diseño aplicados a la vida cotidiana

sábado, febrero 02, 2008

El tamaño importa (y mucho)


Pocos momentos me ceban tanto como entrar por primera vez a un supermercado de un país al que recién llego. Me dan ganas de ver todo. Si bien tengo especial devoción por la sección de lácteos, me pierdo mucho entre las góndolas de los enlatados, las bebidas, los productos de limpieza o los snacks. Las comparaciones son inevitables y siempre salimos perdiendo. Siento que en cualquier lugar hay mejores stocks que en Buenos Aires

Hoy llegué a Francia, donde estaré unos pocos días. En la góndola de los postrecitos, que era bastante amplia y tentadora, me encontré con infinitas versiones del Danette. No sólo tienen millones de sabores muy copados, sino que también tienen un tamaño digno y no esas muestras gratis a las que nos tienen acostumbrados. Es hora que nos organicemos de algún modo para que este formato se imponga en Argentina. Espero que las fotos sirvan para graficar la fiebre que se me despertó en el súper y que sólo me bajará comiendo un par de cada uno de los sabores

viernes, febrero 01, 2008

Bernardo

Bernardo tiene 49 años y es el dueño de un bar. Es africano, aunque no me acuerdo su país natal. A las 24, puntualmente, cierra las puertas de su bar y baja las persianas. Con dulzura, invita a los parroquianos a retirarse. Con los borrachos utiliza modos más eficaces, pero siempre con mucha onda

Bernardo es una máquina de decir verdades. 'En la vida todo pasa', 'las cosas llegan cuando tienen que llegar', 'los cincuenta y pico, sesenta, son la mejor edad para casarse', 'las madres son las que se tienen que quedar con los niños porque los tuvieron durante nueve meses en la panza. Nosotros, los hombres, estamos para otra cosa', fueron algunas de las frases que dijo durante el rato que charlamos con él

Bernardo tuvo seis hijas con seis mujeres distintas. Nació en un país en el que más del noventa por ciento de las personas son mujeres. Según explicó, es por una cuestión genética. Ante ese paranorama, cree que los hombres tienen dos chances: escapar o suicidarse. El prefirió escapar, aunque cree que va a volver a su tierra para casarse. Se nota que se crió rodeado de mujeres porque sabe qué decir para que ellas le presten atención. Es un seductor groso, todo lo que hace parece apuntado a gustarle a la gente, especialmente a las chicas. 'Las mujeres allá son demasiado mandonas, todo el día te están mostrando los dientes. Además, nadie quiere nueve mujeres, con una o dos ya está bien', dijo

Bernardo quiere visitar Argentina. Cree que es el momento ideal porque el cambio lo favorecerá. Nos confesó, pícaro, que cuando vaya a Buenos Aires va a querer ir a un 'piringundín'. Nunca esperé que esa palabra saliera de los gruesos labios de Bernardo. Luego explicó que él cree que los prostíbulos son como los bares: lugares donde hombres y mujeres van a relajarse, pero él en Barcelona ya no va a ninguno porque siente que la gente lo juzga cuando entra

Cerca de las 24 nos invitó una copita de ron, pero él no quiso tomar. Quince minutos después, con música africana de fondo y mientras ponía los banquitos sobre la mesa, nos echó con la misma dulzura con la que nos había contado una buena cantidad de verdades. Nosotros nos fuimos encantados y esperando cruzarlo en algún piringundín porteño

Leche de pantera

Hace un par de noches un amigo me llevó especialmente a una cantina para tomar un trago que se llama Leche de pantera. Se suponía que la receta de la preparación estaba guardada bajo siete llaves y que generaciones enteras habían crecido sin conocerla. Sin embargo, ayer otro amigo me la reveló, con la misma tranquilidad que cualquier persona enuncia la tabla del 2: leche, canela y ron. Cuando supe la receta, me acordé del personaje de 'Amores perros' que toma algo muy parecido, pero sin canela

No sé especificar las proporciones, así que vayan probando. Lo que sí estoy en condiciones de decir es que es muy rico