Estaba durmiendo muy profundamente cuando sonó el teléfono. Era mi tía Susi, para invitarme a cenar. Pese a la resaca que tenía luego de una fiesta de cumpleaños agitada, tuve la lucidez suficiente para aceptar
La cena venía transcurriendo en los carriles normales y se tocaron temas bastante interesantes. Comentarismo sobre el Mundial, sobre qué tan real son las cosas que aparecen en la tele y sobre algunas cosas más. No sé bien cómo salió el tema de los blogs y mi tío Mario se despacha con la frase de la noche: 'me tienen podridos esos pelotudos que hablan cualquier pelotudez. Uno está buscando información sobre una película, escrita por un periodista o un filósofo, y se encuentra con pelotudeces'
Mis primos intentaron explicarle que yo tenía un blog, mi tía se atragantó y yo no sabía muy bien qué decir. Como siempre, la copa fue una buena compañera. Debo confesar que fue un momento bastante incómodo, porque mientras más le aclaraban, más se enfurecía con 'esos pelotudos'. Manejé la situación con mi swing característico (?) y apenas pude cambié el tema. Un rato más tarde, cuando contó que fue a una charla en la que el principal orador era un flaco que tenía un arito, pero que él no se pudo concentrar porque le parecía un pelotudo por tener arito, me quedó claro que estábamos frente a un domingo de furia y de honestidad brutal (me mató que las dos veces hablara de 'pelotudos', sin dudas la puteada del año)
lunes, junio 12, 2006
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