
Más tarde, me crucé al camión de Sólo Empanadas. Una de las empandas bailarinas me saludó con su mano. Yo me agarré del camión y así anduve una cuadra, al mejor estilo Michael J. Fox en 'Volver al futuro'. Las empanadas doblaron en la esquina siguiente. Una pena, porque le estaba tomando el gusto a eso de no pedalear. Por cierto, es increíble la buena onda que despiertan esas empandas en todo el mundo. No sé si alguien comprará en Sólo Empanadas, pero es imposible no tomarle cariño a sus empanadas danzarinas
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