Con tus viejos no da pelearte porque, pobres, ya están grandes
Con tu hermana mayor tampoco, porque nunca te tuvo en cuenta. Con la más chica sí, podría ser, pero al pedo, no te va a entender lo que le decís. La del medio siempre fue un caso perdido, así que menos que menos te vas a pelear con ella
Con tu novio no te animás a pelearte por miedo a que se vaya todo a la mierda. En el caso de la novia, no te peleás porque cuando discuten se pone insoportable
Con un profesor no te peleás porque después te tiene que calificar
A tu jefe algún día lo vas a mandar a la mierda, pero ahora sería casi como un autoboicot, porque lo tenés que ver todos los días
A algunos molestos del trabajo sí que daría putearlos bien de arriba abajo, pero ni se lo merecen
A uno con los que jugás al fútbol lo cagarías a trompadas, pero es el amigo de un amigo y vas a quedar como el orto
Al que te hizo un arreglo en casa y quedó mal te dan ganas de cortarle los dedos de a uno, pero preferís no llamarlo más. ¡Y mucho menos recomendárselo a alguien!
A la mujer de un amigo la putearías por tratarte de solterón, pero no querés provocar un momento incómodo
Al mozo le harías una zancadilla por traerte otro pedido, pero mañana seguro que te caga de nuevo. Al del delivery lo putearías por teléfono, pero te va a llegar el pedido escupido
A tu vecino le harías un planteo a gritos, pero tampoco querés quedar como el loco del edificio
Al grandote del gimnasio lo torturarías con las mancuernas, pero él en realidad te quiere ayudar
Y así, silenciosamente, uno va acumulando broncas. Después llegan las manchas en la piel, caspa, palpitaciones, diarrea, insomnio, cansancio permanente, berrugas, dolores de espalda, calvicie, dormir con los dientes apretados. Hay que sacarlo todo afuera, como the spring, pero no esperen que les diga cómo porque no sé
jueves, octubre 12, 2006
¿Dónde va tanta bronca acumulada?
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