lunes, abril 12, 2010

Apuntes del Bafici I

No tuve demasiada suerte en mis primeras tres pelis del Bafici. Si bien tenía en claro que había arriesgado bastante a la hora de elegirlas, no me imaginaba que iba a pasar tantos momentos de sueño y de aburrimiento. Vayamos en orden cronológico:

El viernes vi 'Todo, en fin, el silencio lo ocupaba', de Nicolás Pereda, una peli en la que se ve únicamente a la actriz Jesusa Rodríguez recitando un poema de Sor Juana Inés de la Cruz. Hay un trabajo muy cuidado de las luces y de los sonidos, aunque también cabe decir que dura 61 minutos y me dormí cuatro veces. Quizás el horario, a las 16, no le jugó a favor, aunque tampoco me imagino una hora en la que diga 'qué bien que me vino esta peli'. Se la recomendaría únicamente a personas muy fanas del aspecto técnico del cine

El sábado me fue mucho peor. Vi 'Ajami', de Yaron Shani y Scandar Copti. Es una de esas películas con saltos temporales y dilemas que se van resolviendo a lo largo de la trama. El problema que tuve es que los saltos en el tiempo me parecieron innecesarios y me marearon. Además, todos los personajes me resultaron muy boludos, no logré entenderlos y varias historias quedan sin resolver o yo no llegué a entender por qué les dieron lugar. El contexto de la historia es el conflicto en Medio Oriente y aparecen un policía israelí muy rudo, un ilegal dispuesto a todo con tal de que le den trabajo y unos chicos que intentan vender la droga que encuentran por accidente. Un bodrio con todas las letras

Hoy volvió a ser el turno de lo experimental con 'Ruhr', de James Benning. No puedo decir que no fue prevenido, porque las sinopsis decían que su estructura eran siete planos fijos, o sea que muy movidita no iba a hacer. Un túnel, un bosque, una fábrica un ritual religioso, un removedor de grafittis, una calle, una chimenea de una fábrica. Todos escenarios del valle de Ruhr, el pueblo natal de los padres del director. Después de un rato de ver el plano fijo, entré en distintas cadenas de pensamientos que me llevaron por cualquier lado. Debo confesar que me gustan ese tipo de cuelgues, en los que se sale del documental más clásico para entrar en otro tipo de sonidos y de estímulos, aunque el último plano con la chimenea de una fábrica ya me resultó eterno. Dura dos horitas y si me dan una versión reducida de 15 minutos no me quejo para nada

1 comentario:

Pablo Borowicz dijo...

Todo bien con la gente que le gusta ir al Bafici, pero en mi opinión creo que son un poco masocas. El ratio de bodrios / películas interesantes va para atrás... demasiado riesgoso. Mi experiencia en el '07 fue desastrosa, no lo pienso repetir.