Olfato de goleador

Hace cinco o seis años la encargada de prensa de un sello discográfico, que no recuerdo cuál era, me llamó insistentemente durante ese invierno para ofrecerme una nota. Se trataba de una mexicana, que parecía que la rompía en su país, pero que acá todavía no había hecho pie. Me mandó el disco a mi casa (que jamás abrí y, meses más tarde, di en parte de pago en el Parque Rivadavia a cambio del primer disco solista del Indio Solari), me insistió por mail, me volvió a llamar para ver si nos interesaba hacer la nota en su hotel

Mi máximo esfuerzo por descubrir de quién se trataba fue leer la gacetilla y mirar la portada del disco, con ella vestida de novia y mordiéndose el dedo y pensé que era una tapa horrible. El CD se llamaba 'Sí' y ella era Julieta Venegas. 'A esta no la conoce nadie', reflexioné y especulé con que esa idea alcanzaba para rechazar el ofrecimiento, sin siquiera consultar a mi editora