domingo, febrero 04, 2007
Una reflexión, mientras llueve a lo loco
Cuando nos hacemos cargo de que somos nosotros mismos quienes nos ponemos el techo a cierta altura, cuando nos damos cuenta de que nuestra limitación está en función de otra cosa, cuando aceptamos que no somos de una manera y podemos ir cambiando, cuando nos damos lugar a cambiar, cuando nos cansamos de nosotros y apuntamos más alto, cuando le damos lugar a las inquietudes y a las dudas, cuando confiamos un poco más en nosotros, cuando nos cae la ficha de que las cosas no son para siempre, cuando pasa todo esto, o al menos algo de ello, las cosas empiezan a fluir un poco más. Y es lindo, bien lindo. Y, también, más sano
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