Por la anécdota, sólo por la anécdota

Ya iban más de 40 minutos de entrevista con Opus Cuatro. Contra todos mis prejuicios y mis expectativas, venía siendo un rato entretenido, sentía que tenía material para escribir y hasta me había entretenido. Uno de los integrantes del grupo coral me empezó a mencionar pueblos ignotos del interior en los que habían tocado. Los enumeraba con la idea de demostrar hasta dónde habían llegado con su música. Mencionaba algunas localidades realmente desconocidas y yo ponía cara de sorprendido. En cierto momento, nombró a una que me sonó conocida y le pedí que la repitiera. 'María Juana', volvió a decir. 'Esa me suena', dije a modo de chiste interno. Era obvio que ninguno de los presentes pescó semejante chiste tan malo, pero me permití hacerlo como un premio a haber remado tanto en una nota que prometía ser un embole y terminó siendo un lindo rato entre tipos que podrían ser mi viejo, o mi tío mayor, y que habían recorrido el país y buena parte del mundo cantando entre los cuatro