
En ese pabellón no hace falta que los carceleros impongan su disciplina porque son todos corderos de dios que lo único que quieren es rezar y alavar al señor. El índice de reincidencia es apenas del 5%, mientras que en otros pabellones llegan al 40%. Ese dato no hace más que pensar en que se trata de un modo sutil de dominación con los presos, pero ése tipo de análisis dejémoslo para gente un poco más preparada
El documental sigue la historia de un flaco que primero duda de sus compañeros de pabellón y, lentamente, se va transformando en un adorador divino. El único punto en contra que le encontré es que los diálogos entre los internos carecen de frescura, son algo forzados y hasta parecen ensayados. La peli termina tomando una postura muy sutil ante este pabellón y en ningún momento se burla de estos evangélicos tumberos. Calificación: 8 Bien Ahí

La peli describe con una precisión brillante las sensaciones que percibe una persona estando drogada: se sorprende con todo, se ríe muchísimo sin saber de qué, se asusta cuando le habla un desconocido, se cuelga escuchando música, come con voracidad, se pone caliente, llega a lugares sin tener la menor idea de cómo lo hizo. Muy recomendable y muy graciosa. Calificación: 9 Bien Ahí. Repite: Jueves 17 a las 23.45 en el Hoyts 6 (creo que están las entradas agotadas, pero no estoy seguro)
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