'Cao sem dono', de Beto Brant y Renato Ciasca: la casa de Ciro no tiene muebles, la cama está apoyada sobre el piso, las paredes están blancas, si no fuera porque el portero de su edificio le regaló un dibujo. Ciro no tiene trabajo fijo, ni amigos, ni demasiado interés por nada. Quizás lo tiene, pero no lo demuestra. Parece incapaz de hacer algo que lo haga sentir bien. Ciro debe tener alrededor de 30 años y su vida es tan aburrida que ni siquiera lo aburre. Más bien, lo angustia. Tiene un perro al que no le puso nombre y le hace compañía
Daniela está fuertísima, es lo más parecido a una novia que tiene Ciro y, de golpe, se enferma gravemente. Ese hace tambalear lo poco firme que tenía Ciro, que se da cuenta de que tiene que ser un poco más demostrativo en la vida y, sobre todo, con esa chica. El realmente la ama, pero nunca se lo dijo, ni se lo demostró demasiado. Seguro que nunca le compró un regalo
'Cao sem dono' es de esas pelis en las que parece que no pasa nada. No cuentan una gran historia, no hay un problema tremendo por resolver, ni una solución mágica por encontrar. El protagonista es un ser achatado, angustiado, que no sabe para dónde arrancar y parece el primo brasilero de muchos protagonistas de pelis argentinas. Así y todo, me gustó bastante el film. Me gustó tanto que a la salida del cine me crucé con el director y le dije que me pareció un acierto que la peli casi no tuviera música. El me contó que apeló a ese recurso para que apareciera sólo la verdad. Calificación: 7.5 Bien Ahí
'Ploy', de Pen-ek Ratanaruang: no me molestan las pelis lentas, no me pongo ansioso si lo que se ve en la pantalla es poco, pero uno puede intuir que, en realidad, pasa mucho más de lo que nos muestran. Tengo paciencia para que una historia tome forma y la banco si tiene sus propios tiempos. Nada de esto pasó en 'Ploy', que más que lenta me resultó un pelotazo fatal. Cuando la peli parecía haberse puesto buena y que al fin arrancaba, resultó ser que lo poco que había pasado era un sueño. Me pareció un recurso repetido y horrible, así que me paré y me fui. Sabía que había unos amigos tomando cerveza a pocas cuadras, así que ese plan me resultó mucho más interesante que saber cómo terminaba 'Ploy'
Pese a tanto enojo, cuento un poco la historia: un matrimonio llega a un hotel porque al día siguiente debe ir a un casamiento. Mientras sus integrantes pelean con su crisis y con el jet lag, él va a tomar algo al bar del hotel. Allí se encuentra con una nena enruladísima, con cara de loca, que dice tener 18 años, pero no debe llegar a los 11. Ella tiene que esperar cuatro horas más hasta que su mamá la pase a buscar, así que él la invita a dormir una siesta en su pieza. Su mujer piensa que se quiere embambinar a la enrulada, se vuelve ciega de celos y parece que va a pintar el quilombo, pero nunca llega. Cómo termina no lo sé, pero tampoco me importó. Calificación: 3 Bien Ahí
'Night and day', de Hong Sang-soo: como esas relaciones en las que los integrantes tienen muchas cosas en común, pero al final la cosa no funciona, 'Night and day' arranca bien, pero luego desbarranca, sin preaviso. La primera hora de la peli es graciosa, con un coreano gigantón muy simpático, que intenta ser fiel a su mujer pese a que la tentación le aparece por todos lados
De a poco, la peli se va haciendo cada vez más colgada y más larga. Para mi, le sobraron como 40 minutos en los cuales pasó muy poco. De lo mejor de la función fue cuando los protagonistas estaban desayunando en París y la vieja que tenía al lado le dijo suspirando a su marido: 'mirá esos croissants'. Calificación: 6 Bien Ahí (y soy generoso)
lunes, abril 21, 2008
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