Qué dolorosos son esos momentos en los que la ilusión se rompe exactamente en un instante y ya no hay vuelta atrás. Me refiero a esas situaciones a las que uno llega con cierta idea formada, pero la realidad nos impacta de lleno y nos muestra algo inesperado y, generalmente, desagradable.
Dejando de lado desilusiones realmente importantes, pasemos directamente a lo intrascendente, a lo cotidiano, que es mucho más ameno de recordar y hasta puede ser gracioso:
- Cuando uno va en búsqueda de cierta comida que cree haber guardado prudentemente para un momento y luego descubre que ya no está
- Cuando se suspende un partido de fútbol en el que uno iba a participar
- Cuando uno cae en la cuenta de que tiene menos plata de la que imaginaba
- Cuando la película que vamos a ver termina siendo doblada y no subtitulada (maldito Rivera Indarte de Flores y su función de 'Charlie y la fábrica de chocolate! No me lo voy a perdonar nunca! Qué principiante!)
- Cuando descubro que no está aquella persona por la que fuimos especialmente a algún evento
- Cuando abro la caja y el CD no está
- Cuando descubro que durante cierta parte del día (que jamás podrá descifrar cuánto tiempo fue exactamente) tuve un resto de comida en un diente, la bragueta baja o algo así (peor sería tener el diente bajo y la bragueta sucia! recontra boing!)
- Cuando después de dudar mucho, vuelvo al negocio en el que me había gustado algo y, aleccionadoramente, ya se lo llevaron y me entero de que 'ya no entra uno igual porque se terminó la temporada'
- Cuando pido un gusto de helado que no queda
martes, septiembre 13, 2005
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1 comentario:
Cuando pido un gusto de helado que no queda...
Eso solo pasa en NEw port
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