Cada vez que aparece un caso policial que me interesa (como es hoy el asesinato al cantante del grupo de cumbia Media Luna), no puedo dejar de extrañar a Enrique Sdrech, maestro de maestros.
Luego de seguirlo durante años, llegué a la conclusión de que los casos no me interesaban en sí mismos. Lo que sí me interesaba era el relato y el análisis que Sdrech hacía de ellos. Prefería sus cuentos a los testimonios de las víctimas.
Pese a ser uno de los máximos referentes del periodismo de policiales, no era demasiado amarillo. Además, se lo notaba apasionado con su profesión y uno se lo imaginaba pensando día y noche en esos casos que cubría con tanto gusto.
Un día escuché un reportaje que le hicieron en la radio y la gente lo llamaba para que contara sobre diferentes casos y él se los acordaba todos y los recapitulaba con detalles novelescos (que me imagino que más de uno era producto de su inventiva, pero eso, en todo caso, lo hace más grande aún). Además, convengamos que era un genio a la hora de ponerle nombres a los casos, como 'El loco de la ruta', que le agregan onda a cualquier nota.
Por eso, cada vez que secan a alguno a tiros, no puedo dejar de recordar a Enrique diciéndole a Biasatti "Santo, este es un claro mensaje de la mafia".
lunes, septiembre 12, 2005
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