Ayer descubrí una nueva variante en el Arte del Regateo, que es el Regateo a Futuro.
Dejé un minicomponentes en el service y me pidieron $40 por arreglarlo. El precio me parecía acorde, pero velozmente recordé que hace dos semanas en ese mismo lugar me habían cobrado también $40 por arreglar un teléfono inalámbrico. Algo tenía que hacer.
Entonces, de golpe me encontré diciéndole, enojado, al que me atendía: "acá sale todo 40. Traés un teléfono, 40. Traés un equipo, 40. Traés una tele, 40. Todo 40".
Y él me mostraba el cuaderno donde va dejando constancia de todos los trabajos que hacen y me decía que hay arreglos más caros. Me mostraba uno de una tele a $120. Pero yo insistí en mi postura entre enojada y simpática y seguía diciendo "todo $40".
De esta manera, queda el camino allanado para la próxima vez que tenga que mandar algo a arreglar. Y no creo que me vuelvan a cobrar $40.
jueves, septiembre 22, 2005
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