La semana pasada tuve una entrevista de trabajo que, a primera vista, parecía potable. Pero analizando un poco la situación, me pareció identificar una trampa muy sutil: te ofrecen un trabajo relacionado a tu profesión (¡viva!), pero en unas condiciones pésimas (¡ouch!) y con objetivos inalcansables (maldición, ¿me echarán?). Eso termina haciendo del laburo una tortura y de uno, un tamagotchi.
Así llegué a la conclusión de que trabajar con noticias no implica, necesariamente, hacer periodismo. Y me imagino que esa ecuación aplica con otras profesiones.
lunes, agosto 01, 2005
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