Es cierto. Ninguno de nosotros salvará el mundo. Hay que aceptarlo. Es muy probable que casi ninguno de los que visitan este blog alguna vez aparezcan en una enciclopedia por haber inventado algo importante o por ser profesionales de renombre.
Sin embargo, eso no quiere decir algo en sí mismo. Todos tenemos pequeñas virtudes, más reales, más cercanas, que nos pueden hacer sentir muy a gusto con nosotros mismos.
Por ejemplo, yo me reconozco como un hábil desatador de nudos, una cualidad que he sacado a relucir en más de un campamento. También acepto que cada día ando mejor en bici. Haber aprendido a chiflar, hace dos años, me sirvió para prevenir a imprudentes peatones o avisarles que voy a pasar a los automovilistas.
En otro campo en el que me luzco es en el de dar charla. Es un don que lo vengo perfeccionando bastante. Es difícil que no le puede charlar a alguien. Es algo que me gusta. El otro día juro que hablé como 10 minutos por teléfono con una señora que pedía donaciones para un hogar de niños. Obvio que no le di plata, pero al menos charlamos un rato.
También soy bueno dándole indicaciones a los taxistas, sin que parezcan órdenes. "¿Esta es Gascón, no? ¿Nos conviene doblar acá?". Y me luzco durmiendo en cualquier medio de transporte, inclusive sobre un freezer en un barco en Chile.
Esta es una capacidad recientemente adquirida: reconocer el momento exacto para irme de una fiesta. Hay que saber leer la fiesta (o reunión) en la que se está, sentirle el pulso, analizarla.
Y no me refiero a huir luego de que el cumpleañero sopla las velitas, eso lo hace cualquiera. Hay un momento, quizás un segundo, quizás una frase que uno hubiese preferido no escuchar, en el que la fiesta te dice: 'ya es hora de que vayas a dormir'. Si uno no ha bebido demasiado y está lo lo suficientemente lúcido, hay que saber escuchar esas palabras y no intentar convencerse de que algo bueno todavía puede llegar.
Por último, me gustaría mejorar en los siguientes campos: hacer asados (soy virgen en la materia), todo lo relacionado a la mecánica automotriz, nombres de calles del otro lado de Rivadavia, pronunciar mejor la erre y su combinación con la ene, memorizar las cartas que ya se han jugado, manejo de la mano izquierda para el metegol y bailar.
viernes, agosto 05, 2005
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