martes, julio 24, 2007

Doy la cara

Durante unos años, mis compañeros de la escuela primaria le encontraron la gracia a reunirnos bastante periódicamente. Ya estábamos en 2º o 3º año del secundario y sin embargo nos veíamos seguido. La verdad, no me acuerdo cómo hacíamos para organizar esos encuentros sin utilizar el mail

Lo cierto es que rápidamente me empecé a agotar de esas reuniones, en las que la gente se dedicaba a recordar el recuerdo. Ni siquiera se intentaban generar nuevos códigos o anécdotas: no se salía a algún lado, nadie se mamaba, nadie sorprendía con algo. La onda era sentarse y rememorar aquello que no iba a volver

Como buen adolescente que era, no me cansaba de repetir que odiaba esos encuentros, pero siempre terminaba yendo. En medio de uno de ellos, me harté de todos y de todo, por dentro juré que no iba a ir nunca más y me levanté de mi asiento muy decidido. Sin embargo, me quedaba la sensación de que faltaba algo que marcara una ruptura

Quería hacer algo que demostrara mi disconformismo. No quería pegar un portazo ni putear a nadie. No tenía sentido una reacción de esas características, que pudiera ofender a alguien. Yo quería celebrar mi idea de no volver a ser parte de esas reuniones, por lo menos, hasta que tuviera ganas de nuevo de estar ahí

Para marcar esa ruptura, se me ocurrió que robarme un CD era un gran plan. Era como un regalo para mí mismo. No tuve más que manotear 'Leyenda', de Bob Marley. Con toda tranquilidad, lo agarré, lo miré, estudié al resto, me lo metí en mi campera y me fui

Al día siguiente me llamó un ex compañero para preguntarme si no me había llevado el disco que él había llevado a la casa de la ex compañera en donde se había hecho la reunión. Me comentó que yo fui el primero en irse y que desde el momento en que yo me fui que él no volvió a ver al disco. Le dije que no tenía idea de qué me hablaba y negué toda posible acusación. Durante días, me embargó una culpa fatal. Pensé en mandárselo por correo sin remitente. Poco a poco, esa culpa fue bajando y al día de hoy sigo disfrutando de la magia de Bob y sus Wailers

No hay comentarios.: