miércoles, mayo 03, 2006

Reabrió la cocina de Bien Ahí

No era justo que yo solo disfrutara de la versión que acabo de hacer de un pollo con salsa de soja y miel. Por eso, queridos amigos, reabre la cocina de Bien Ahí, para que todos puedan disfrutar de sus delicias

Ingredientes
1 pechuga de pollo
Medio morrón
Dos cucharadas de miel
Cinco cucharadas de salsa de soja
Jengibre (poco)
Ananá de lata (sólo si se tiene la valentía suficiente)

Preparación
Se calienta aceite en una sartén. Narda diría que tendríamos que calentar 'oliva', pero la verdad es que el aceite de oliva está medio caro como para usarlo en todos nuestros platos. Así que calienten el aceite que quieran

Pasen la pechuga por harina y luego pónganla en la sartén. Vayan dándole vuelta y vuelta hasta que esté medio doradita de los dos lados. De mientras, pueden ir poniendo los pedazos de morrones en la sartén, porque tardan un poco en cocinarse. A los principiantes les digo que cuanto más chicos sean los pedazos, antes se harán

Una vez que la pechuga está doradita y no muuuy cocinada, la retiramos y la dejamos descansar un poquito sobre un papel (también se pueden usar una carilina gigante), para quitarle el aceite. Ahí nomás metemos en la sartén la miel y la salsa de soja y las mezclamos un poco, como para unir estos dos planetas

Volvemos a meter la pechuga hasta que se haga. '¿Cómo sabemos que la pechuga está hecha?', preguntará el principiante. Pues bien, si el ojo no sirve como juez, entonces se aconseja cortar en el centro de la pechuga y ver si por dentro está cocinada. Cuando ya vemos que le falta poco para que esté lista, le agregamos el ananá, que le da el toque definitivamente agridulce al plato (en la receta original no estaba el ananá, pero yo encontré dos rodajas huérfanas en mi heladera y las mandé)

El jengibre no sé bien cuándo ponerlo, porque nunca usé. Así que fíjense, seguro que alguien comentará cómo hacerlo (o no). Sin dudas, se trata de mi hit culinario de la semana (no puedo decir del año, porque la semana pasada me hice una carne con salsa inglesa y un salteadito de morrón, hinojo y verdeo que fue una gloria absoluta. Después me dormí una siesta de hora y media)

Obervación: nótese qué parecida que tenemos la forma de los ojos con el Gato, dios lo tenga en el cielo de los cocineros

1 comentario:

Rocío Ricci dijo...

Son parientes?
Arrollador (?) el parecido!