Ayer iba apurado hacia la facultad. Para evitar meterme por Azcuénaga en contramano, me subí a la vereda. Sin querer (lo juro), le pegué a un viejo con el manubrio. Pero no fue gran cosa. Apenas le toqué el brazo. El viejo tenía una venda en su mentón, un detalle que creo que aumentó su susceptibilidad
La cuestión es que le pegué despacito en el brazo. A los pocos metros del incidente escucho:
Viejo: Atorrante, hijo de puta
Jose: Disculpe, don (levantando la mano, pero sin el coraje suficiente como para darme vuelta y dar la cara)
Viejo: ¿Disculpe qué, hijo de puta?
Qué lindo fue que me dijera 'atorrante'
jueves, mayo 18, 2006
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