domingo, marzo 22, 2009

Tito y el alto DJ

El 151 anoche tardaba mucho en venir, tanto que me empecé a aburrir y me dediqué, durante un rato, a escuchar una conversación de dos flacos que también estaban esperando al bondi. Debían tener alrededor de 30 y estaban yendo a bailar. Uno era alto, su pelo casi le llegaba a los hombros y tenía raya el medio. De su celular colgaba un escudito de River. El otro era más petiso, tenía un poco de rulos y usaba una remera verde ajustada al cuerpo. El más alto era el que más hablaba. Contaba algunas anécdotas y me quedó claro que trabajaba en la noche, aunque no lograba descubrir qué hacía

Como la espera se venía haciendo muy larga, con perez paramos el primer taxi que apareció. Ellos tuvieron el mismo impulso, pero ya les habíamos ganado de mano. Como me habían caído bien, les pregunté para dónde iban y dijeron que iban para Amérika. Perfecto. Ibamos para el mismo lado, así que nos subimos los 4 al taxi. 'Hablando se entiende la gente', me dijo el alto, que se había sentado adelante, apenas nos acomodamos. Me pareció una conclusión demasiado formal, pero le dije que sí. 'Nos conviene a todos porque compartimos el gasto', comentó después. 'Seguro', le dije, con más ánimo de escuchar que de hablar. El viaje era un poquito largo y me lo pasé mirando por la ventana, poniendo cara de boludo, mientras prestaba atención a todo lo que decían. Desde el asiento de atrás, descubrí que el peinado del alto ocultaba una incipiente pelada

El alto estaba de paseo por Buenos Aires porque ahora vivía afuera. Exactamente no sé dónde, nunca lo mencionó. Se notaba que eran amigos de la adolescencia y que no se veían hacía un tiempo. Su vínculo era medio distante pero se ve que la música los unía porque comentaban todos los temas que sonaban en la radio. Cuando arrancó 'People are people', de Depeche Mode, el que viajaba atrás dijo el nombre de la canción apenas arrancó la intro y el alto se puso a reflexionar sobre '101', el disco doble en vivo de Depeche. El otro le dijo que también lo tenía. El alto le preguntó qué edición tenía y en qué formato. Le dijo que tenía los vinilos nacionales. Eso me dio la pauta de que teníamos la misma edad. 'Yo tenía un double pack norteamericano, que incluía algunas canciones que no habían entrado en la edición de acá'. Se ve que la competencia entre ellos no había aflojado con el paso del tiempo

El alto miraba la ciudad por la ventanilla un poco extrañado, mientras el tachero, juro, manejaba siempre al palo. Por más de que el semáforo estuviera en rojo, él le metía duro igual y frenaba de golpe, donde tenía que frenar. Manejaba muy bien, pero muy fuerte. Y conocía algunos caminos muy raros con los que se evitaba algunos semáforos. Se notaba que el auto no era suyo porque andaba muy sacado por cuadras de adoquines. De mientras, el alto y Tito, así lo llamaba a su amigo, seguían hablando de música. La programación de la radio garantizaba la melancolía. Tito dijo que un arreglo de la canción de Depeche se parecía a Pet Shop Boys pero su amigo no llegó a entenderlo. Se lo repitió 4 veces. Para esa altura, el tema ya no se parecía a Pet Shop Boys y el alto se lo hizo saber. Le dijo que no, que nada que ver, que no se parecían en nada. Parecía indignado. A Tito mucho no le importó lo que decía su viejo amigo y se dedicaba a mandar mensajes de texto

Cada vez que pasábamos cerca de un grupo de chicas que estaba por la calle, los tres comentaban algo sobre ellas y las devoraban con la mirada. Los dos amigos parecían bastante consumidores de gatos. Un par de veces durante la charla nombraron a un amigo en común que tenía una banda que iba a tocar al día siguiente. Cuando pasamos por un pub sobre Niceto, Tito le dijo que ése era el lugar del show. 'Pero yo quiero venir acá', le dijo el alto, en la cuadra siguiente, mientras le mostraba un boliche que creo que se llamaba Ink. 'Algún día voy a llegar, vas a ver, algún día voy a tocar acá', dijo el alto, y a mi me emocionó y me dieron ganas de que algún Julián Weich de la noche le cumpla su deseo

Antes de llegar tuvieron tiempo para discutir si Peter Gabriel todavía estaba en Genesis en la época en la que grabaron 'Land of confusion'. Ese tema, pese a que tiene más de 20 años años, les seguía pareciendo una novedad, igual que el video con las marionetas (que incluye figuras de tanta actualidad como Ronald Reagan y Margaret Thatcher). Llegaron a la conclusión de que Gabriel todavía era parte del grupo. Yo estaba seguro que no, pero no les quería discutir. Más tarde comentaron el nuevo disco de U2 y no pudieron acordarse de cómo se llamaba el corte. Para mi que si no hablaban de música no sabían bien de qué hablar. Cuando estábamos cerca de dejarlos en donde les convenía, el alto le preguntó a Tito cómo íbamos a dividir la plata. Tito me miró a mi y me dijo que me iba a dar la mitad de lo que marcara el reloj cuando se tuvieran que bajar. Le dije que me parecía bien y nos quedamos callados hasta que se bajaron

3 comentarios:

usuario dijo...

Tengo la necesidad de decir que me ha encantado.

Anónimo dijo...

Adhiero a la necesidad del usuario, aquí presente.

jose dijo...

Se agradece!