Hace casi cinco meses le encargué a un luthier que me armara un instrumento. Desde el día en que fui a su casa a encargárselo, con la fiel compañía de mi amiga Meli, que me dio charla durante todo el viaje a zona norte, hasta hoy no había tenido noticias del luthier. Le dejé mil mensajes, pero no me contestó ni uno. No me daban ganas de ir hasta su casa porque me queda realmente a trasmano. Perdido por perdido, me hice a la idea de que el flaco iba a aparecer del mismo misterioso modo en que había desaparecido del mapa
Como tantas otras veces, hoy marqué el número de su casa (ya lo sé de memoria) para probar suerte. No pude creer cuando él me respondió. Le pedí explicaciones por el enorme retraso y me dijo que tuvo problemas con los materiales y con no sé qué más. Luego, cuando le preguntó los motivos de su desaparición durante estos meses, me confesó que alguien lo 'embocó en la calle' y lo mandó al hospital durante unas semanas. Me hice el macanudo y le pedí un poco más de detalles, pero no me los dio. Me quedé muy intrigado con quién lo fajó y por qué. Más de una personas me había recomendado ir a su casa con alguno de mis amigos morrudosos para que tuviera su merecido, pero se ve que alguien se me adelantó
martes, marzo 18, 2008
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