En esta nueva sección, me encargaré de contar pequeñas rebeldías que descubrí que me llenan de orgullo. No serán la revolución sandinista, pero igualmente me divierten llevarlas a cabo y siento un limitado orgullo por ellas
La pequeña rebeldía que quería contar hoy es que cuando entro a la facultad no agarro los volantes de ninguna agrupación. Y, por algunos segundos, me siento muy rebelde al decirles que no voy a agarrar sus volantes
miércoles, agosto 22, 2007
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