Pocos enemigos son tan silenciosos como la dejadez. A simple vista, nada ocurre y la vida sigue igual, como diría Roberto Sánchez, para todos Sandro. Pero el correr del tiempo evidencia que las cosas ya no están como antes: lucen mucho más desmejoradas, piden recambio y sólo el dueño logra domarlas, pues es tan dejado como el elemento mismo y sólo él conoce las mañas necesarias para que funcione. Acá van 5 señales de que la dejadez está demasiado cerca
1) La ropa a la que seguimos considerando nueva, porque es la última que compramos, mantiene un bajo porcentaje de su color original
2) Nos acostumbramos a vivir sin cierto elemento de la casa (luz, agua caliente, una hornalla, el horno, un picaporte, una canilla, un repuesto) porque no anda y no la sabemos arreglar ni llamamos a nadie que lo haga. Por lo general, la principal excusa en este tipo de casos es la falta de tiempo y que el service sólo puede venir en el horario en el que estamos en la oficina
3) El costado de nuestra cama es un cementerio de botellas de agua mineral vacías, envoltorios de golosinas baratas, cucharitas y, en el peor de los casos, colillas
4) Los planes que nos proponemos son los mismos que hace unos años y jamás hemos dado un paso por transformarlos en realidad
5) Cierto calzado vuelve a evidenciar que la suela está demasiado gastada porque siempre se nos mojan los pies cuando llueve
Desde Bien Ahí, declaramos a la dejadez como enemigo Nº1 junto a la queja permanente, al resentimiento, al laberinto mental, la fiaca eterna, el olor a fritanga y al miedo
miércoles, agosto 08, 2007
5 señales de que la dejadez está cerca
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