Hablando con distintos amigos en los últimos días, me di cuenta que algunos roles se repiten calcadamente en muchísimas familias. Acá van algunos que se me ocurrieron:
1) El que se fue a vivir afuera: se lo recuerda como si hubiera sido un héroe patrio, aunque acá no resaltaba demasiado del resto. Pese a que le costó adaptarse el principio, se piensa que en su nuevo país está triunfando y que está en una posición mucho mejor a la que dejó cuando se fue de acá. Siempre se le pide plata cuando se enferma algún viejo
2) La que se deprimió y vive a base de ansiolíticos: cuando era chica parecía inocente, de adolescente se creía que no había madurado y cuando pasó a la adultez sufrió una depresión, que la llevó a hacerse adicta a los ansiolíticos y los antidepresivos. Nadie recuerda cómo fue que empezó con esta costumbre y nadie la quiere lo suficiente como para sugerirle que deje las píldoras e intente algún tipo de terapia. La invitan a los eventos más formales e intentan verla de a varios, así el bajón no decae en uno solo
3) La nona que se vino a menos: nadie puede entender cómo se vino tan abajo en tan poco tiempo. Se recuerda su jovialidad, sus especialidades culinarias y sus frases más crueles. Su magro estado de salud profundiza la mala relación entre distintos parientes. Si fuera necesario, no se dudaría en pedirle dinero a El que se fue a vivir afuera (ver 1) para solventar los gastos que acarrea su enfermedad
4) El Estafador: no se sabe exactamente qué matufia hizo El Estafador, pero nadie lo ve hace años porque participó en flor de tongo y debió escapar. Temen que el nombre de la familia se vea manchado si la estafa llega a ganar lugar en los medios de comunicación. Se especula con que un primo mantiene contacto con él, pero nadie se anima a preguntarle. Todos recuerdan que en la primaria ya era bastante ventajero
5) Los solterones: ya les presentaron compañeros de la oficina, primeros segundos del otro lado de la familia, amigos del club y hasta algún empleado. Sin embargo, ellos nunca lograron formar una pareja estable. Hace algunos años, nadie recuerda precisamente cuántos, llevaron a alguien a una reunión familiar, pero fue la única vez que no los vieron solos. Se especuló con su homosexualidad, pero luego lo descartaron
6) El que aparece con cada herencia: cada vez que muere un familiar, él llama para dar su pésame, va al velorio y al entierro y llama al día siguiente para ver cómo sigue el duelo. Pocos días después, llamará para tantear en qué anda la sucesión. Si no le avisan que le toca algo, él no tiene el menor prurito en preguntar. Si la cosa no prospera, dice que le corresponde y que no puede creer el lugar en el que siempre lo pone la familia
7) La rueda de auxilio: acompaña a una sobrina gorda a comprarse ropa a un local de talles grandes, le cocina a una embarazada que debe hacer resposo y va a buscar al colegio a los hijos de su hermana. Todos cuentan con ella y la quieren. Ella está contenta ayudando a todo aquel que puede y es madrina de varios matrimonios
8) El misterioso: todos recuerdan qué carrera siguió, pero nunca supieron a ciencia cierta de qué trabaja. 'Algo de computación', arriesga una vieja. En las reuniones nunca da precisiones sobre sus vacaciones y se maneja con muchos eufemismos. Pocos saben de sus gustos y sus actividades durante la semana. Pese a que se lleva bien con todo el mundo, nadie todavía ha podido enterarse demasiado de su vida
9) El que se salvó: vendió la empresa familiar a tiempo y se convirtió en un ejemplo para todos. Los sobrinos crecen escuchando su historia una y otra vez y fantasean con emularlo. Cambió el auto y se mudó, pero no cayó en la vulgaridad del lujo. Presta dinero sin chistar y regala cifras de cuatro ceros en efectivo para cada casamiento. Invita asados en el country y cuenta con el privilegio de que nadie le hincha mucho las pelotas porque temen hacerlo enojar o caerle mal
10) El que intentó suicidarse: el suicida frustrado carga con la cruz de su fracaso. Los motivos que lo llevaron a tomar esa decisión pueden ser millones: una empresa quebrada, un matrimonio frustrado, una muerte. Ese episodio sirve para explicar cada acto de su vida, inclusive sus ausencias en, por ejemplo, un asado. Nadie cree con que vuelva a levantar cabeza
martes, mayo 01, 2007
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