En la clase éramos 11 hombres (sin contaral profesor) y ninguna representante del género femenino. La semana pasada, empecé a pensar que esa clase parecía una extensión de un secundario industrial. Hoy apareció, en silencio, una mujer, que se sentó entre tanta hormona
Un compañero la miró con sorpresa, enfocó su mirada en el resto de los que estábamos presentes, levantó su puño derecho, inclinó su mirada al cielo y exclamó '¡Una mujer!'
Por dentro, pensé: 'uno menos en la competencia'
martes, noviembre 07, 2006
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