lunes, marzo 27, 2006

Medeski, Martin & Wood en el Gran Rex

Lo peor y lo mejor del domingo ya había pasado y el día, claramente, estaba en su curva descendiente. Cierto aire de Domingazo empezaba a palparse en mi ánimo. No me quedaban cosas por hacer ni tenía ganas de encontrarme con alguien. Con decirles que eran las 20 y estaba barajando dos planes: estudiar o ver a Independiente por la tele (soy de River, aclaro). Ninguno de los dos sonaba muy entretenido. Inesperadamente, llama al celular mi amigo El Enérgico, dice que le sobra una entrada para ir a ver a Medeski, Martin & Wood y hasta se disculpa por no poder venirme a buscar en auto. En 40 minutos ya estaba en el hall del Gran Rex, con un Martini en la mano, dispuesto a ver este trío

Hace casi un mes había ido a sacar la entrada para el show. Estaba en la ventanilla, con la guita en el bolsillo y, de golpe, un ataque de fiaca me hizo recular y finalmente no compré mi ticket. Ayer, luego del empate gallinón, dios se apiadó de mi y me puso en una de las butacas del teatro para ver un show que estuvo excelente

Para los que no conocen a la banda, acá van algunas particularidades: es un trío de jazz (bajo, batería y teclado) que fue elogiado por la prensa mundial por haber renovado, en algún punto, al género. Si bien su sonido es mucho más moderno y bailable que el jazz bien tradicional, no deja de respetar algunas características innerentes al jazz, como los largos solos o cierta adoración exagerada por el virtuosismo

Y eso fue lo que me hinchó las pelotas en los primeros cuatro o cinco temas. Por cada canción, Medeski, el tecladista, se despachaba con, por lo menos, dos solos. Obvio que estaban súper bien tocados, carezco de los conocimientos técnicos para criticarlo, pero un poco me aburrieron. Por otro lado, ¿cuántas cosas tenés para decir de ese mismo modo? ¿Cuántos solos podés tocar en cuatro temas?

Por suerte, el show fue mutando y se fue ensuciando un poco. Dejaron de lado tanta prolijidad, tanta estructura clásica (aunque con sonido algo más nuevo) y arriesgaron un poquito más. Primero, se salieron del clima que les queda más cómodo y sorprendieron con dos temas medio latinos. La parte más experimental llegó cuando el baterista (Wood) se puso a jugar con una infinidad de tamborcitos y platillos que tenía y Martin la rompió con un solo de contrabajo. Fue una parte algo extraña del recital porque por primera vez uno podía notar cierto espíritu lúdico en su música y no tanta solemnidad, que para mi es el peor mal del jazz

El tramo final del show estuvo genial y los dos bises fueron aún mejores. Primero tocaron una versión lenta y triste de 'Hey Joe', de Jimi Hendrix. Me hubiese encantado que la noche terminara con ese clima, pero volvieron y fue el turno de uno de sus temas más conocidos (aunque no sé el nombre)

Medeski cambió sus teclados por ese organito que se sopla (que tanto usó Café Tacuba en sus primeros dos discos) y Wood pasó a tocar un instrumento que no sé el nombre, pero intentaré describir: creo que es brasilero y es como una lata en la que hay que poner la mano. Su sonido es medio gracioso y todos lo escuchamos alguna vez. Con esa formación tan particular y tocando al borde del escenario terminaron con un recital que se mereció 9 Bien Ahí

En pocas palabras:
Ironía: el show fue casi todo instrumental. El baterista cantó un solo tema. Pero recién se le escuchó claramente la voz en la segunda mitad de esa canción

Horas extras: el sindicato de sonidistas debería unirse y exigir que se le paguen horas extras al muchacho que operó ayer. Le hicieron infinidad de señas para que subiera o bajara el volumen (o vaya a saber uno qué) en absolutamente todos los temas

Fresquete: el aire acondicionado del teatro estaba altísimo. A tal punto, que todos teníamos los abrigos puestos

Solidaridad: sin que yo le dirigiera la palabra, la chica que estaba sentada al lado mío me regaló pañuelos descartables. Se ve que escuchó mis intentos para que los mocos quedaran de mi lado de adentro. Luego me regaló algunos más. Yo le agradecí y le confesé que no me había dado cuenta de que necesitaba sonarme nuevamente la nariz. Ella me explicó que me convidaba porque estaba 'tan hecha pija' por su resfrío. Señorita, le agradezco los pañuelitos, pero es hora de que alguien le diga que esa expresión no queda nada bien y mucho menos en los labios de una chica

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto que fue medio largo, por lo menos yo lo senti asi

agrego que el teatro estaba lleno de gente moderna y con mucho groove, que seria algo asi como onda, pero exagerando

Anónimo dijo...

te corijo ese instrumento brasilero se llama quica y lo toco billy martin cris wood toco el contrabajo y jhon medeski el organito ese que se sopla como lo decis vos
fue el mejor recital que vi en mi vida
juro que soy fan de la banda desde siempre
saludos

Anónimo dijo...

best regards, nice info
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