Un tipo jodido (hoy: el carnaval)

De puro curioso (y por estar bastante al pedo) me acerqué a uno de los corsos que se organizaron en la Capital durante la última semana. Apenas me empecé a empapar del espíritu carnavalero, me di cuenta de que no era para mi

Los pendejos te miran amenazantes, con sus espumas en las manos. Los padres de ellos están en pedo hace rato y les sugieren nuevas víctimas ('tirale a aquel gordito!'). Por los parlantes suena un compilado con temas 'para joder' (Los Fatales, La Mosca, Los Auténticos Decadentes) y el animador anuncia que las primeras cinco parejas a que suban al escenario tendrán una espuma de regalo. No me hubiesen alcanzado ni una docena para vengarme de todos los pendejos (y sus padres) que me bañaron en Rey Momo

El mejor momento de la noche se dio con el 'Tributo a Rodrigo', de la mano de un clon del potro cordobés, que subió al escenario con dos dudosas bailarinas. El tipo era bastante parecido, aunque algo más caderón que el original. Las chicas, por suerte, no eran tan caderonas y si bien no bailaban muy bien, al menos entretenían el ojo

El potro porteño cantaba mucho peor que el cordobés y dos veces por tema tiraba su arenga favorita: 'cuarteteandoooo'. Por cierto, cada vez que lo decía hacía un pasito que, evidentemente, había aprendido a hacerlo por correspondencia. O mirando 'Sábados tropicales'. Le salía muy mal y se notaba que de cuartetero sólo tenía el parecido con el finadito. Cuando el show estaba promediando, llegó la parte más bizarra. El falso Rodrigo hizo subir al escenario a cinco hombres para elegir al más fachero

Los tipos desfilaban por el escenario, al ritmo de 'Puedes dejarte el sombrero puesto'. Lo más gracioso fue que el primero de ellos bailaba la canción de Joe Cocker como si fuera un tema murguero. Se ve que el tipo estaba 100% identificado con el espíritu la noche. El Dios de la Noche resultó ser el único que no estaba subalimentado y fue designado a través del siempre inefable método del Aplausómetro

Cuando la murga (no recuerdo el nombre, pero ponele que eran 'Los mimosos de Saavedra', siempre se llaman así) ya había llegado para actuar sobre el escenario, me pareció que ya había sido bastante costumbrismo para una noche y emprendí la retirada, esquivando nuevos ataques de espuma