lunes, diciembre 22, 2008

Botinero

Tenía guardados un par de botines de fútbol a los que quise mucho y que se los compré a un viejo que los había hecho a mano. No eran muy buenos, pero les tenía un cariño especial porque me quedó grabada la imagen del taller del viejo, cerca de la cancha de Vélez. Decidí colgarlos, sin que eso adelantara mi retiro del fútbol, en el cable de luz de la esquina de mi ex casa y así alimentar ese mito de que las zapatillas colgadas en los cables quieren decir un montón de cosas

Luego de que se fueran los invitados de la fiesta despedida de mi casa, totalmente en pedo, salí a la calle con los botines y mi misión entre ceja y ceja. Mi puntería no era la habitual y al cuarto intento de colgarlos, ya había despertado la atención de unos vecinos que estaban por ahí, así que me alejé media cuadra y busqué un cable que estuviera no tan alto. Al segundo intento, los botines ya estaban colgando. Me encantaba la imagen. Desde abajo, parecían más lindos. Al día siguiente los fui a ver y ya no estaban. No sé si se cayeron o si alguien los bajó, pero no estaban más. La verdad, es que mucha pena no me dio y me pareció que había sido una idea digna de un borracho

No hay comentarios.: