viernes, octubre 10, 2008

Danger Busquer

A una cuadra de mi casa, ayer vi a un flaco que, gracias a una prodigiosa coordinación, jugaba con un dogo argentino, a quien le metía su mano derecha en el hocico, mientras con la mano izquierda fumaba una tuca. Al perrito se lo veía muy contento con el juego

La escena me atoró de risa y no me dieron ganas de hacer las veces de consejero de mi vecino, pero está claro que la combinación de porro y perro asesino no parece del todo saludable

1 comentario:

Pedro de Mendoza dijo...

eso es habilidad