Pastel de papa *

Rezar para que se suspenda el fútbol de los miércoles. Jurar que si llueve, voy a hacer un pastel de papas. Comprar todos los ingredientes para un pastel de papas de lujo. Seguir rezando. Hablar con Edu, mi eterno compañero de equipo, y preguntarnos si se suspende por lluvia. Prepararme porque parece que se juega (fundamental la remera de manga larga debajo de la de Portugal). Agradecer al cielo por la lluvia y la consecuente suspensión del match. Apagar la tele. Mandar mails buena onda, abrir un vinito. Armar un playlist largo, largo, que incluye temas de Club 8, Fela Kuti, Queens Of The Stone Age, Scissor Sisters, Richard Hawley, Los Auténticos Decadentes, Cansei de ser Sexy y Jackson 5, entre muchos más. Hacer el puré, precalentar el horno, descongelar la carne picada, bailar al ritmo del playlist, armar un salteadito, pisar el puré, probarlo con el dedo, terminar de descongelar la carne en la cacerola. Empezar a escribir una idea que, a simple vista, es cualquiera. Unir la carne con el puré y meter todo al horno. Ver en la tele cualquier cosa, mientras el olorcito le gana lugar al frío. Meter la fuente en la parte de abajo del horno (no sé cómo se llama), para que se dore. Seguir bailando con la música, sacar la fuente y dejarla descansar un poco. Ir y volver de la compu, para ya no sé qué. Cortar la primera porción del pastel de carne y que el playlist termine junto con el primer plato. Recibir un mensaje de texto y subirme a la montaña rusa emocional

* Este post es para Willito, que también es fana de cocinar