La semana pasada fui a un cumple de 80. Todo se desarrollaba por los carriles normales, hasta que empezó a sonar una música algo más fuerte. Por entre las mesas, apareció una animadora que tenía en sus manos encendedores, biromes, anteojos y otros juguetes más. Todos estaban llenos de lucecitas. '¿Los quieren?', preguntaba, 'vengan a bailar, entonces', desafiaba
Me aproveché de mi estado atlético para ganarle la carrera al resto de los invitados. Acepto que fue una competencia desigual, pero no fue mi culpa, no había reglas claras. Obviamente llegué antes que el resto a la pista y me quedé con todos los regalitos que pude. En el transcurso de la noche, perdí unos anteojos increíbles, llenos de luces, pero al menos me quedé con todo esto
martes, julio 29, 2008
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