lunes, diciembre 24, 2007
No perdamos la intimidad
En estos días, cierta empresa telefónica está anunciando el lanzamiento de un aparatito telefónico mediante el cual ves a la persona con la que estás hablando. No se me ocurre invento peor que este. ¿Quién quiere que lo vean mientras habla por teléfono? Todos hacemos cosas inconfesables mientras sostenemos el tubo: miramos la tele, cocinamos, dibujamos, ordenamos la casa, nos vestimos (o nos desvestimos), nos aburrimos, decimos 'ajá' mientras estamos en cualquiera. ¿Quién quiere que lo descubran? ¿Quién está dispuesto a perder su intimidad por mil pesos? Convengamos que la pérdida de toda magia es la primera consecuencia de ver al interlocutor telefónico, más allá del espíritu controlador que desprenden productor como éste, que te invitan a ver todo todo el tiempo
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Y lo peor es no poder hacer el gesto de sucutrule para arriba cuando se pone denso y verborrágico el interlocutor e inclusive hacer el gesto de "hammmbre" mordiéndose el labio inferior acompañada de una revoleada de ojos para arriba. Angeles.
Publicar un comentario