jose: Hola, ¿cómo te va?
Hombre del service: Bien, ¿qué hacés?
jose: Bien, vengo porque le dejé una tele a tu mujer la semana pasada
Hombre del service: Ah, no sabía que vos eras José
jose: Sí, ¿qué tenía la tele? (haciéndome el interesado)
Hombre del service: Se le había roto el vertical y el rrr (dijo algo que no entendí)
jose: Ah, ¿cómo se habrá roto? (con voz de inocente, preparándome para dar el zarpazo)
Hombre del service: Y, bueno, las teles nuevas blaca blaca blaca blaca, no como antes, con las teles viejas blaca blaca blaca blaca
jose: No, seguro. ¿Y cuánto me va a salir?
Hombre del service: $140
jose: (silencio de unos segundos, siempre clave, mirando a los ojos) Ah, bueno. Hagamoslo. ¿Para cuándo va a estar?
Hombre del service: Para el miércoles o jueves
jose: Vos sabés que ese no es el precio final, ¿no?
Hombre del service: Si sabía que vos eras José te pasaba $200. Es demasiado temprano para pelear el precio, así que lo hablamos el miércoles
Habrá que esperar, entonces, para ver si consigo un nuevo triunfo en el milenario arte del regateo. Vuelvo a pedirle a los moralistas que aparecen con cada post del regateo que no me vengan con sus discursitos. Gracias
lunes, diciembre 17, 2007
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