Iba sentado en el 106 en uno de los asientos de a dos. La chica que iba al lado mío hablaba con una amiga, que estaba delante suyo. Como no tenía el mp3 ni algo para leer, me dediqué a escuchar toda su charla, que giraba alrededor del negocio de vinos que estaba a punto de abrir la chica del asiento de adelante
Durante el viaje, la chica sacó una hoja con el logo impreso en 10 colores distintos. '¿Qué ves?, le preguntó a la chica que estaba al lado mío. En ese preciso instante, empecé a relojear lo más discretamente posible a los logos. 'Dos copas', le contestó la chica. Obvio, yo también las había visto. '¿Pero qué más ves?', le dijo nuestra vecina. Esa pregunta ya la tomé directamente como un desafío. Agudicé mi mirada y deduje que la figura más difícil de encontrar se formaría en el medio de las dos copas. Me concentré y la encontré: una botella
'Una botella', arriesgué, en voz alta. 'Muy bien', me dijo la chica del asiento de adelante. Orgulloso por mi victoria, seguí el viaje mirando por la ventanilla, haciéndome el distraído, mientras seguía escuchando toda la charla. Cuando nuestra vecina le comentó que cada vino que van a vender va a llevar una frase famosa alegórica al vino, pensé que se venía un nuevo juego y que iba a tener que exponer mi medalla. Pero al final no
martes, agosto 05, 2008
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1 comentario:
Yo viajo bastante en el 106 y nunca pasa nada.
Ufa.
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