La municipalidad de Amsterdam invierte dinero y esfuerzos para que sus calles tengan algunos elementos flasheros que permitan que los drogados se sorprendan y entusiasmen con la ciudad. Por ejemplo, ayer me encontré un monitor en una calle y pocos minutos después me crucé con una camioneta naranja flúo
Con esta estrategia, el gobierno se asegura que los turistas sigan llegando a Amsterdam con ganas de drogarse y de divertirse. Piénsela, no es nada descabellada esta teoría
martes, febrero 12, 2008
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