jueves, enero 03, 2008

Mezcla rara de angustia y cañita voladora

Ya habían pasado las 12 y con el año nuevo llegó la hora de los fuegos artificiales. Luego de arrojar esos globos con velas y algunas cañitas voladoras, se me acercó Pato, que era el encargado de la pirotecnia, y me preguntó si creía que una cajita de fuegos artificiales estaba del derecho o del revés. 'Yo creo que esta parte va para arriba, aunque las letras estén al revés. Para mi las pegaron mal', me dijo. Ni siquiera me animé a dar mi opinión, nunca supe de fuegos artificiales, ni estaba en el mejor estado como para contradecirlo

A los pocos minutos, prendió la cajita con una suerte fatídica: los fuegos en lugar de subir se metían en la terraza en la que estábamos. No ganaban los cielos, en búsqueda de la eternidad, sino que rebotaban en nuestras paredes y nos pasaban por el costado. Se dio una mini corrida generalizada, pero como la escalera era muy angosta tampoco ameritaba salir corriendo, así que nos amuchamos contra las paredes, mientras no podíamos creer lo que estaba pasando

Cuando terminó el bombardeo, llegaron el alivio y las carcajadas, en ese orden

2 comentarios:

Daniela Couto dijo...

En mi caso, mantuve un interesante debate con mi marido, sobre si había que sacarle o no el nylon que recubría una caja por el estilo. Yo sostenía que si fuera necesario sacárselo, estaría aclarado en las instrucciones y en ese caso no lo estaba. Le gané por KO con el argumento de que la fuerza y el calor de la pólvora encendida traspasarían sin problemas la envoltura, cosa que lógicamente no sucedió y hubo consecuencias similares a las suyas. Dado que el año pasado se me ocurrió enterrar una super mega caña voladora hasta el fondo de una maceta (ya que no había botella capaz de sostenerla), y como nunca pudo salir por los aires casi terminamos todos en la tapa de los diarios, este año me prohibieron terminantemente volver a manipular cualquier elemento pirotécnico más poderoso que un chasquiboom.
Buen año!

Lake dijo...

Casi fue un cromañón al aire libre.