En Barcelona no hace falta hacer colas en, por ejemplo, la panadería. Los catalanes tienen un sistema que podríamos bautizar como el 'ultimismo'. La gente se pregunta entre sí quién es el último que llegó. Sin ceremonia de paso de mando, el que pregunta pasa a ser el último hasta que llega un nuevo candidato y ocupa su lugar
De esta forma tan simple, se evita la siempre desagradable sensación de hacer cola y, ya que estamos, se mantiene contacto con dos personas, como mínimo: primero con la que le preguntás si es la última y luego con la que te pregunta si sos el último
domingo, enero 27, 2008
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