Una buena: En Barcelona se puede viajar en subte con la bici. Me mojo de sólo pensar si aplicaran esa medida en Buenos Aires
Otra buena: En los locutorios recién te empiezan a cobrar cuando apretás un botón que está junto al relojito que te muestra cuánto tiempo lleva la charla y cuál es el importe. Eso permite que el usuario escuche si lo atiende alguien del otro lado y evita pagar cuando atiende un contestador
Una mala: En los bares más formales te cobran cuando te sirven un plato de papas fritas. Ay, qué bronca que me dio
miércoles, enero 30, 2008
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