A Manu Chao le perdono todo

Volver a ver a Manu Chao en vivo fue como volver a tener por un rato 17, 18 años. Gran parte de mi adolescencia tuvo como banda de sonido a Mano Negra. Todavía recuerdo la emoción que sentí cuando me compré el disco 'In the hell of Patchinko' y la versión pirata en caset que me llegó en el 94 de Casa Babylon, antes de que llegara a las disquerías

Mano Negra siempre será de mis bandas de cabecera y a Manu Chao lo iré a ver siempre que venga. Creo que le perdono todo a Manuk, perdí completamente la objetividad con él. El show de ayer estuvo muy bueno, aunque debo decir que hasta la mitad me había gustado, pero tampoco para tanto. Los temas venían siendo muy parecidos entre sí: arrancaban un poco lento para luego acelerar el ritmo. En casi todas las canciones se gritó 'ey, ey'. Y el tecladista levantó su puño izquierdo siempre que pudo

Sin embargo, nada de eso me importó. Tampoco me molestó demasiado el tema dedicado a Maradona, los largos solos de guitarra del Mágico (así se llama el violero), que la rompió cuando cambió la eléctrica por la criolla. Esa fue la mejor parte del show: menos solo rockero fatal, mucha más onda flamenca. Hits de la noche: Minha galera (por lejos, el mejor momento), The monkey, Malavida, Volver, Si me das a elegir (el de Los Chunguitos)

Además de Manu, la estrella de la noche fueron los miembros de la radio La Colifata, que está conformada únicamente por locos. Varios subieron a leer sus poemas mientras la banda les tocaba una base. Un par de los colifatos emocionaron mucho con lo que leyeron y no pude evitar pensar que a esos ayer les iban a dar dosis doble para que se durmieran