De las bandas nuevas que conocí últimamente, de todos los discos que bajé en los últimos meses, uno de los que más me gustó fue el de The Very Best. Por lo que leí, la banda está compuesta por africanos y por músicos de Francia. De invitados tuvieron a MIA y al cantante de Vampire Weekend. Yo les diría que no se pierdan ese disquito
Acá, uno de sus hits, 'Kamphopo'
domingo, enero 31, 2010
viernes, enero 29, 2010
Referentes para envejecer
A Graciela la conocí gracias a Perez. Son buenas amigas pese a que Grace le lleva como 30 años. Bah, tal vez no es 'pese' a la diferencia de edad, sino gracias a ella. Grace es alta, grandota e intenta cuidar su 'body', como dice ella. Juega al tenis, va a pilates pero no logra cumplir del todo su objetivo porque come siempre como si fuera la última vez. Su posición económica es más bien cómoda, así que compra siempre lo mejor de lo mejor y también siempre lo comparte. Su heladera y sus alacenas parecen estar todavía en el 1 a 1. No tiene problemas en mancharse los dedos, o el pelo, cuando devora un sánguche lleno de mayonesa y los atardeceres suelen encontrarla con un trago en la mano. 'La vida es mejor con un Campari', la escuché decir hace poco. Charla sin parar y siempre tiene una anécdota a mano para graficar una idea. Es muy inteligente y aplica sus razonamientos científicos a las cosas más boludas de la vida cotidiana. El día que la conocí me preguntó cuál era mi sueldo. Me tomó por sorpresa y se lo terminé diciendo. Menos mal que en ese momento ganaba más que ahora porque sino no sé si me entregaba a su sobrina postiza
Me contó que una vez le consiguió porro a un sobrino, se va de vacaciones con su ex marido y le presta su casa en el Tigre a su portero. Grace trata a todos por igual y cualquiera que la conoce la termina queriendo. El año pasado me dio una mano gigantesca con un quilombazo de salud en mi familia y también nos cobijó en su casa cuando lo necesitamos. A cambio, no pide demasiado. El máximo esfuerzo que tuve que hacer fue escuchar sus completísimas sinopsis sobre todas las pelis que vio en el último semestre
Hoy me voy de nuevo para su casa en el Tigre, a meterme en el río y perderme entre los árboles que hay en la isla. Seguramente, cuando estemos entre sus cosas, se contarán de nuevo las mismas anécdotas sobre la Tía Grace y, quizás, le dejemos algún regalito escondido en alguna parte como agradecimiento a tanta buena onda
Me contó que una vez le consiguió porro a un sobrino, se va de vacaciones con su ex marido y le presta su casa en el Tigre a su portero. Grace trata a todos por igual y cualquiera que la conoce la termina queriendo. El año pasado me dio una mano gigantesca con un quilombazo de salud en mi familia y también nos cobijó en su casa cuando lo necesitamos. A cambio, no pide demasiado. El máximo esfuerzo que tuve que hacer fue escuchar sus completísimas sinopsis sobre todas las pelis que vio en el último semestre
Hoy me voy de nuevo para su casa en el Tigre, a meterme en el río y perderme entre los árboles que hay en la isla. Seguramente, cuando estemos entre sus cosas, se contarán de nuevo las mismas anécdotas sobre la Tía Grace y, quizás, le dejemos algún regalito escondido en alguna parte como agradecimiento a tanta buena onda
jueves, enero 28, 2010
Bananero

En estos últimos años, con mucho coraje, decidí cortar otro cordón que me unía a mi madre y me embarqué en una misión que está llegando a buen puerto: probar cuanta banana pase a mi lado hasta que me guste. No puede ser que no me guste la fruta más popular del mundo, la que todo el mundo come como si fuera una golosina. Mi vieja estornuda en cuanto huele una y creo que yo, de chico, copié esa elección. Luego de tanto probar, ya puedo decir que me gusta, no me vuelve loco, pero la acepté. En cualquier momento, y sin aviso previo, voy a comer mi primera banana y, ahí sí, me emancipo para siempre
Y ni les explico cuando arranque con la banana split en el helado. No me para nadie
miércoles, enero 27, 2010
Enero circular
Cada vez que llega enero, le abro la puerta a la ansiedad laboral. Como trabajo de forma independiente, casi todo principio de año está signado por la baja de laburo: menos notas, menos colaboraciones, menos changas
A los pocos días de estar un poco más al pedo que de costumbre, me ataco y empiezo a preguntarme por qué estoy con tanto tiempo libre, por qué no me pienso alguna idea para presentar en algún lado, por qué no le escribo a aquel contacto al que le tenía tanta fe. A algunos les escribo o los llamo, otros planes los sigo postergando. Me acuerdo que una vez hice un envío masivo de curriculums un 3 de enero, como si alguna empresa estuviera pensando en contratar gente a principio de año
Luego de autoflagelarme durante algunos días, me doy cuenta de que es verao, que hay piletas que esperan por mi presencia y que quedan muchos tragos de colores por delante, entonces me relajo y me entrego a la gracia que tiene esta época del año. Ahí, cuando relajo y le saco un poco de cabeza, se concretan algunas cosas, otras quedan picando para más adelante, llega febrero, cae alguna oferta de algo, una primera reunión y todo vuelve a empezar
A los pocos días de estar un poco más al pedo que de costumbre, me ataco y empiezo a preguntarme por qué estoy con tanto tiempo libre, por qué no me pienso alguna idea para presentar en algún lado, por qué no le escribo a aquel contacto al que le tenía tanta fe. A algunos les escribo o los llamo, otros planes los sigo postergando. Me acuerdo que una vez hice un envío masivo de curriculums un 3 de enero, como si alguna empresa estuviera pensando en contratar gente a principio de año
Luego de autoflagelarme durante algunos días, me doy cuenta de que es verao, que hay piletas que esperan por mi presencia y que quedan muchos tragos de colores por delante, entonces me relajo y me entrego a la gracia que tiene esta época del año. Ahí, cuando relajo y le saco un poco de cabeza, se concretan algunas cosas, otras quedan picando para más adelante, llega febrero, cae alguna oferta de algo, una primera reunión y todo vuelve a empezar
lunes, enero 25, 2010
Green porno
El sábado participé de un encuentro en una terraza con un proyector (algo similar a esto). Cada uno llevó algunos videos para compartir y a mi lo que más me gustó fue la serie 'Green porno' dirigida y protagonizada por Isabella Rossellini. Son unos cortos que se emitieron en el Sundance Channel y que cuentan cómo se reproducen y se comportan sexualmente distintos insectos y animales. Aquí, una muestra:
jueves, enero 21, 2010
Cemento
Hoy me enteré, a través de esta nota del No, que el local en el que funcionaba Cemento está siendo demolido. No digo que se me piantó un lagrimón, pero sí me dio mucha nostalgia. La misma que sentí la semana pasada, cuando estaba en La Catedral, una milonga que queda por mi casa. Esa noche estábamos paseando a una amiga holandesa y me encontré contándole que antes había muchos lugares como ése, pero relacionados al rock. Durante mi adolescencia (y durante varios años más) fui a muchos de esos galpones. Iba a ver bandas chicas un día de semana a las 2 de la mañana, rodeado de gente que, cuando era chico, me resultaba rarísima, con remeras rotas o borcegos que me parecían gigantes y pesadísimos, Por entonces, yo debía medir poco más de metro y medio y no tomaba cerveza, pero me gustaba el rock. En esos espacios me sentía casi invisible, salvo para mis amigos. En un contexto bastante descontrolado, éramos los más normales de todos y, encima, estábamos sobrios. Acá, les comparto tres anécdotas relacionadas a Cemento, en esto, que hemos dado en llamar 'Todo tiempo pasado fue más rockero':
La primera vez: fuimos con Herno, estábamos en segundo año. Como mucho, en tercero. La publicidad decía que la Bersuit Vergarabat Band tocaba a las 24. Nosotros llegamos un poco más temprano, por las dudas. Me acuerdo que el show empezó cerca de las 3 y que, para esa altura, ya tenía sueño. Entre el público, divisamos al hombre más parecido al Ché Guevara

Club del trueque: con Kelo pasamos la noche de la Navidad del 93 viendo a Los Piojos, que tenían una escenografía que había hecho un amigo suyo. Me senté en el escenario y a mi lado se sentó un flaco que, durante el show, se sacó las Topper blancas y llamó a Andrés Ciro, el cantante. Él vino, agarró las zapatillas, se las dio a alguien detrás de escena, volvió con una Quilmes de litro y se la dio. Un trueque rockero que nunca logré dilucidar cómo había salido tan bien sin decir una palabra. El flaco, descalzo y mamado, se tomó la cerveza él solito (no le convidó a ninguno de los sedientos que se le acercaron) y cuando la terminó la tiró prudentemente al medio del pogo, que estaba integrado por pocas personas pero muy corpulentas. Uno de esos gordos vino corriendo hasta al lado mío, le pegó una piña al flaco, que quedó tendido en el escenario durante unos segundos. Cuando se levantó un poquito, vi que tenía el pómulo cortado. El plomo de la banda lo tomó desde abajo de las axilas y se lo llevó. Ojalá le hayan devuelto las zapatillas
Preso en mi ciudad: con 17 años fui a ver a Las Pelotas. Al igual que ahora, andaba sin la cédula en el bolsillo. Cuando llegué a Cemento me encontré con una razzia policial y todo el mundo debía mostrar su documento para entrar al lugar. Pocos segundos después, estaba arriba de un celular, al lado de un gordo que tenía una remera con muchas fotos de Jim Morrison. Pasé la noche en una comisaría, hasta que llegaron mis viejos. '¿Qué hiciste?', fue lo primero que me preguntó mi mamá cuando me vio
La primera vez: fuimos con Herno, estábamos en segundo año. Como mucho, en tercero. La publicidad decía que la Bersuit Vergarabat Band tocaba a las 24. Nosotros llegamos un poco más temprano, por las dudas. Me acuerdo que el show empezó cerca de las 3 y que, para esa altura, ya tenía sueño. Entre el público, divisamos al hombre más parecido al Ché Guevara

Club del trueque: con Kelo pasamos la noche de la Navidad del 93 viendo a Los Piojos, que tenían una escenografía que había hecho un amigo suyo. Me senté en el escenario y a mi lado se sentó un flaco que, durante el show, se sacó las Topper blancas y llamó a Andrés Ciro, el cantante. Él vino, agarró las zapatillas, se las dio a alguien detrás de escena, volvió con una Quilmes de litro y se la dio. Un trueque rockero que nunca logré dilucidar cómo había salido tan bien sin decir una palabra. El flaco, descalzo y mamado, se tomó la cerveza él solito (no le convidó a ninguno de los sedientos que se le acercaron) y cuando la terminó la tiró prudentemente al medio del pogo, que estaba integrado por pocas personas pero muy corpulentas. Uno de esos gordos vino corriendo hasta al lado mío, le pegó una piña al flaco, que quedó tendido en el escenario durante unos segundos. Cuando se levantó un poquito, vi que tenía el pómulo cortado. El plomo de la banda lo tomó desde abajo de las axilas y se lo llevó. Ojalá le hayan devuelto las zapatillas
Preso en mi ciudad: con 17 años fui a ver a Las Pelotas. Al igual que ahora, andaba sin la cédula en el bolsillo. Cuando llegué a Cemento me encontré con una razzia policial y todo el mundo debía mostrar su documento para entrar al lugar. Pocos segundos después, estaba arriba de un celular, al lado de un gordo que tenía una remera con muchas fotos de Jim Morrison. Pasé la noche en una comisaría, hasta que llegaron mis viejos. '¿Qué hiciste?', fue lo primero que me preguntó mi mamá cuando me vio
martes, enero 19, 2010
Reencuentro inesperado
Al mejor estilo Lake, que suele putear contra los prenseros que le complican el laburo en lugar de allanárselo, el otro día me descargué en mi Twitter contra un prensero que no me respondía llamados, me prometió una nota que no se concretó y, encima, no me habló del todo bien por teléfono
Ayer me volvió a llamar y me ofreció una nota para hoy al mediodía, que acepté gustoso. Cuando llegué a su oficina y le vi la cara, lo reconocí automáticamente: hace más de diez años trabajamos juntos en una radio. Él hacía móviles, yo escribía las noticias que se leían en los informativos. Me acordaba de dos características suyas: no puteaba nunca y era evangelista. Con El Inconsistente, a quien conocí en ese laburo (que, por cierto, era gratis), un día le desenchufamos la compu mientras él escribía para enfurecerlo y comprobamos que mantenía su convicción de no putear aún en situaciones límites
Durante el rato que hoy pasé con él, comprobé que no había cambiado su ideología: se pronunció en contra del matrimonio gay y me dijo que era el director de una guardería en una iglesia, o algo así. Por suerte, no se acordaba que había sido víctima de ese acto de maldad adolescente. Me preguntó por otra gente que laburaba en esa radio, pero yo no me acordaba de nadie más, ni siquiera me sonaban los nombres que mencionaba. Me dijo que lo llame en dos semanas para almorzar y recordar viejos tiempos. Si tuviera Facebook, seguro que hoy me pedía amistad, pero no tengo
Ayer me volvió a llamar y me ofreció una nota para hoy al mediodía, que acepté gustoso. Cuando llegué a su oficina y le vi la cara, lo reconocí automáticamente: hace más de diez años trabajamos juntos en una radio. Él hacía móviles, yo escribía las noticias que se leían en los informativos. Me acordaba de dos características suyas: no puteaba nunca y era evangelista. Con El Inconsistente, a quien conocí en ese laburo (que, por cierto, era gratis), un día le desenchufamos la compu mientras él escribía para enfurecerlo y comprobamos que mantenía su convicción de no putear aún en situaciones límites
Durante el rato que hoy pasé con él, comprobé que no había cambiado su ideología: se pronunció en contra del matrimonio gay y me dijo que era el director de una guardería en una iglesia, o algo así. Por suerte, no se acordaba que había sido víctima de ese acto de maldad adolescente. Me preguntó por otra gente que laburaba en esa radio, pero yo no me acordaba de nadie más, ni siquiera me sonaban los nombres que mencionaba. Me dijo que lo llame en dos semanas para almorzar y recordar viejos tiempos. Si tuviera Facebook, seguro que hoy me pedía amistad, pero no tengo
lunes, enero 18, 2010
Costó encontrar el libro del verano pero llegó

1) Vidal acudió al consultorio esa tarde. Restregándose las manos, el dentista le explicó que a cierta edad las encías, como si fueran de barro, se ablandan por dentro y que felizmente ahora la ciencia dispone de un remedio práctico: la extirpación de toda la dentadura y su reemplazo por otra más apropiada. Tras mencionar una suma global, procedió el hombre a la paciente carnicería; por fin, sobre carne tumefacta, asentó muelas y dientes y dijo:
- Puede cerrar la boca
2) Los muchachos armaron, como todas las noches, la mesa de truco, en ese café de Canning, frente a la plaza Las Heras. El término muchachos, empleado por ellos, no supone un complicado y subconsciente propósito de pasar por jóvenes, como asegura Isidorito, el hijo de Vidal, sino que obedece a la casualidad de que alguna vez lo fueron y que entonces justificadamente se designaban de ese modo. Isidorito, que no opina sin consultar a una doctora, sacude la cabeza, prefiere no discutir, como si su padre se debatiera en su propia argumentación especiosa. En cuanto a no discutir, Vidal le da la razón. Hablando nadie se entiende. Nos entendemos a favor o en contra, como manadas de perros que atacan o repelen un circunstancial enemigo. Por ejemplo, todos ellos -Vidal se cuidaba de decir los muchachos, cuando se acordaba- en la mesa de truco mataban el tiempo, la pasaban bien, no porque se entendieran o congeniaran particularmente, sino por obra y gracia de la costumbre. Estaban acostumbrados a la hora, al lugar, al fernet, a los naipes, a las caras, al paño y al color de la ropa, de manera que todo sobresalto quedaba eliminado para el grupo
'Excursiones', de Ezequiel Acuña
'Excursiones' cuenta la historia de dos flacos que fueron muy amigos durante muchos años pero que dejaron de verse hace diez años. La muerte del tercer amigo que integraba la barra fue una pena que no pudieron procesar juntos y dejaron de verse. Uno de los dos aprovecha que lo echaron de una fábrica de golosinas para sacarse de encima una idea que tiene en la cabeza y que lo obsesiona: hacer una obra de teatro. Para poner en marcha su sueño, vuelve a contactar a su viejo amigo, que escribe, para que lo ayude en la puesta en escena. La relación entre ellos está oxidada, sólo tiene pasado, pero intentan trabajar juntos y se entusiasman con los resultados que van apareciendo. No voy a contar mucho más sobre la historia pero sí les voy a recomendar que vayan a verla al Malba los viernes y sábados a las 22. Vale la pena conocer al hermano rockero de uno de los protagonistas y a un director de teatro que se esconde cada vez que escucha una sirena
viernes, enero 15, 2010
Verano y publicidad
En los spots de la última edición de la revista Brando se anuncia 'un especial sobre las estrategias publicitarias de las marcas para ganar consumidores en las vacaciones'. No voy a ser el primero en decir que en el periodismo ya no hay temas nuevos para tratar en los medios sino que lo que vale es el punto de vista. Hace exactamente un año publiqué una nota en la revista Rumbos sobre el mismo tema pero con una mirada que, supongo, es la opuesta a la de Brando. Acá, un parrafito:
El verano ofrece ciertas características que les resultan especialmente atractivas a algunos rubros, como las bebidas, los cigarrillos o los celulares: la gente dispone de más tiempo y, sobre todo, tiene ganas de pasarla bien. Un profesional del marketing aseguraría que 'están más permeables a la recepción de mensajes', por no decir que están descansando de sus problemas cotidianos y quieren divertirse. 'Durante la temporada estival los targets están más relajados, tienen más tiempo libre y todo eso se traduce en más consumo', resume Ramiro Tirube, Director de Cuentas de la agencia Ogilvy para Coca Cola. Imaginemos al padre de una familia que alquila un departamento en Pinamar: va la playa con su mujer y los nenes. Lleva al hijo más chico al pelotero del parador de algún canal de cable de dibujitos, el nene del medio participa del torneo de fútbol 5 que es organizado por una marca de ropa deportiva, la hija adolescente se va a chequear mails al point de una empresa telefónica y su esposa agradece el servicio de spa que brinda una firma de cosméticos. ¿Qué hace este hombre cuando se queda solo? Aprovecha el test drive por los médanos que le ofrece una automotriz. Con sus miles de propuestas, las marcas nos rodean, nos seducen, nos hablan, nos hacen regalos, nos ofrecen servicios. Nos quieren convencer de que consumirlas es lo mejor que nos puede pasar en las vacaciones
El verano ofrece ciertas características que les resultan especialmente atractivas a algunos rubros, como las bebidas, los cigarrillos o los celulares: la gente dispone de más tiempo y, sobre todo, tiene ganas de pasarla bien. Un profesional del marketing aseguraría que 'están más permeables a la recepción de mensajes', por no decir que están descansando de sus problemas cotidianos y quieren divertirse. 'Durante la temporada estival los targets están más relajados, tienen más tiempo libre y todo eso se traduce en más consumo', resume Ramiro Tirube, Director de Cuentas de la agencia Ogilvy para Coca Cola. Imaginemos al padre de una familia que alquila un departamento en Pinamar: va la playa con su mujer y los nenes. Lleva al hijo más chico al pelotero del parador de algún canal de cable de dibujitos, el nene del medio participa del torneo de fútbol 5 que es organizado por una marca de ropa deportiva, la hija adolescente se va a chequear mails al point de una empresa telefónica y su esposa agradece el servicio de spa que brinda una firma de cosméticos. ¿Qué hace este hombre cuando se queda solo? Aprovecha el test drive por los médanos que le ofrece una automotriz. Con sus miles de propuestas, las marcas nos rodean, nos seducen, nos hablan, nos hacen regalos, nos ofrecen servicios. Nos quieren convencer de que consumirlas es lo mejor que nos puede pasar en las vacaciones
miércoles, enero 13, 2010
Las chicas de calendario

Tal vez no integro el target al que apunta esta obra y por eso me parece algo fuerte su gráfica, pero ¿había necesidad de desnudar a estas señoras e instalar una gigantografía en plena avenida Corrientes? No creo que sólo los cuerpos jóvenes se puedan desnudar, pero tampoco tenía ganas de verle el culo a Norma Pons, mientras toca el piano
Acá, más información sobre 'Las chicas de calendario'
martes, enero 12, 2010
Orden y progreso
En estas últimas semanas se está ordenando mucho en mi casa. Primero, por el cambio de temporada. Luego, por la visita de un amigo. Ahora, porque en estos días viene otra amiga a parar unos días. Por algún ir y venir de cajas y de cosas que andaban dando vueltas, quedó sobre mi escritorio un anotador que no veía hace mucho. Lo quiero a ese anotador, en algún momento lo usé para laburar. En su tapa tiene algo así como un holograma con un chico dibujado. Como decía, casi por azar, me quedó abierta una página del cuaderno en la que están escritas las tareas a hacer en la primera semana de marzo del año pasado. La estadística indica que sigue pendiente una sola tarea de las cinco que aparecen. Me parece un récord digno
lunes, enero 11, 2010
Fuerza, Iris

viernes, enero 08, 2010
Ella es tan fría
Por culpa de haber tenido tantas bandas tributo no reconocidas y tantos seguidores tan cabeza, los Rolling Stones fueron perdiendo algo de prestigio en el país. Seguramente, si vuelven, llenarán la cancha de River las veces que se lo propongan, pero no faltarán quienes digan que llevan décadas repitiéndose, que su único mérito es sobrevivir y que ya no proponen nada nuevo. Todo eso sería cierto pero no creo que sea culpa de ellos. Esperar algo novedoso de gente de más de 60 años es casi como esperar un milagro
Cada vez conozco menos personas a las que les gusten los Rolling Stones pero yo no dejo de tenerles simpatía ni de escuchar algunos de sus discazos, como 'Let it bleed' o 'Banquete de pordioseros'. No soy fana fana, no sé letras de memoria, no los iría a ver si vienen, pero ayer me reencontré con este video en la tele y me arrancó carcajadas. Me resulta imposible tomarme en serio los pasos que hace Jagger, los espasmos de Keith Richards o la cara de duro de Charlie Watts. Más allá de todo, me parece un temazo y el presupuesto del video habrá sido de 3 pesos ley. Disfruten, los que pueden disfrutar del rock simple. Los que no, sigan criticándolos, que, seguramente, encontrarán más motivos en estos cuatro minutos
Cada vez conozco menos personas a las que les gusten los Rolling Stones pero yo no dejo de tenerles simpatía ni de escuchar algunos de sus discazos, como 'Let it bleed' o 'Banquete de pordioseros'. No soy fana fana, no sé letras de memoria, no los iría a ver si vienen, pero ayer me reencontré con este video en la tele y me arrancó carcajadas. Me resulta imposible tomarme en serio los pasos que hace Jagger, los espasmos de Keith Richards o la cara de duro de Charlie Watts. Más allá de todo, me parece un temazo y el presupuesto del video habrá sido de 3 pesos ley. Disfruten, los que pueden disfrutar del rock simple. Los que no, sigan criticándolos, que, seguramente, encontrarán más motivos en estos cuatro minutos
jueves, enero 07, 2010
Berlín
Acá tienen el link a una nota que escribí para el No sobre Berlín. ¡Léanla!
Bien rodeado
Ayer mi viejo musicalizó una reunión familiar con un compilado de Los Palmeras que se compró en la calle. Eso es estar bien rodeado
Pregunteli: ¿La pasión por la cumbia se transmite genéticamente?
Pregunteli: ¿La pasión por la cumbia se transmite genéticamente?
miércoles, enero 06, 2010
Qué linda la música
Tengo la teoría de que pertenezco a la última generación que estuvo en contacto con todas las formas en las que se pudieron escuchar música en una casa: vinilo, caset, CD y mp3. No sé por qué, eso me despierta cierto orgullo
Los primeros vinilos que tuve (y que sigo teniendo), fueron heredados de mi viejo. Mis preferidos eran 'Sgt. Pepper', el disco blanco de los Beatles, 'Peperina' de Serú Girán y varios de Les Luthiers, que me los sé de memoria pese a que no los escucho hace años. Más tarde, fui heredando varios más de amigos y familiares que se iban pasando al CD y querían sacárselos de encima. No tengo recuerdo de comprar vinilos nuevos, pero sí compré algunos usados en el Parque Rivadavia, como uno de Sinatra que nunca escuché o 'Jornalero', de Eric Clapton (qué lindo decir los nombres de los discos en castellano)

Los primeros casets que me compré fueron en una disquería que estaba en Bulnes y Mansilla. El dueño siempre estaba acompañado de un perro gigante que me daba mucho miedo. Un cartel que decía 'Cuidado con el perro' no me tranquilizaba lo suficiente. Me acuerdo que mis primeras adquisiciones fueron uno de GIT, el de Porchetto que incluía 'Esta noche' y los dos primeros de las Viudas e hijas de Roque Enroll. No me siento orgulloso de esa discografía, pero ustedes sabrán entender, eran los 80 y yo tenía diez años
El formato musical en el que invertí más dinero fue, sin dudas, el CD. Llegué a tener más de 500, entre originales y copias. Cuando apareció la grabadora de CD's sentí que no podía pedirle nada más a la tecnología, me parecía milagroso poder copiar discos y sentía que tenía acceso a toda la música del mundo. Llegué a ser un experto en el arte de comprar un disco, grabarlo y luego cambiarlo por otro. Estaba tan obsesionado con comprar CD's que los 18 pesos que costaban pasó a ser mi medida del dinero: si algo salía 20 pesos, para mi en realidad valía lo que un CD
Con la banda ancha, llegaron las mil formas de bajarse discos: primero, a través del polémico Napster, luego con el Soulseek, del cual fui fana, y ahora soy adicto a los blogs que postean discos enteros. Bajo varios por día y siempre encuentro algo más para escuchar. Como dicen los Decadentes en su tema 'La música', ¡qué linda la música, me parece lo más lindo de la vida!
Los primeros vinilos que tuve (y que sigo teniendo), fueron heredados de mi viejo. Mis preferidos eran 'Sgt. Pepper', el disco blanco de los Beatles, 'Peperina' de Serú Girán y varios de Les Luthiers, que me los sé de memoria pese a que no los escucho hace años. Más tarde, fui heredando varios más de amigos y familiares que se iban pasando al CD y querían sacárselos de encima. No tengo recuerdo de comprar vinilos nuevos, pero sí compré algunos usados en el Parque Rivadavia, como uno de Sinatra que nunca escuché o 'Jornalero', de Eric Clapton (qué lindo decir los nombres de los discos en castellano)

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El formato musical en el que invertí más dinero fue, sin dudas, el CD. Llegué a tener más de 500, entre originales y copias. Cuando apareció la grabadora de CD's sentí que no podía pedirle nada más a la tecnología, me parecía milagroso poder copiar discos y sentía que tenía acceso a toda la música del mundo. Llegué a ser un experto en el arte de comprar un disco, grabarlo y luego cambiarlo por otro. Estaba tan obsesionado con comprar CD's que los 18 pesos que costaban pasó a ser mi medida del dinero: si algo salía 20 pesos, para mi en realidad valía lo que un CD
Con la banda ancha, llegaron las mil formas de bajarse discos: primero, a través del polémico Napster, luego con el Soulseek, del cual fui fana, y ahora soy adicto a los blogs que postean discos enteros. Bajo varios por día y siempre encuentro algo más para escuchar. Como dicen los Decadentes en su tema 'La música', ¡qué linda la música, me parece lo más lindo de la vida!
martes, enero 05, 2010
Mirando al 2010 desde una silla alta
Entiendo que este año voy a tener que tomar algunas decisiones. Hay lugares en los que crecí y ya no entro y zonas a las que le quiero dar más lugar. El camino más o menos lo veo pero no tengo ni idea por dónde tomar. Y mucho menos cómo lograr que me paguen un poco más por lo que hago. Porque estoy queriendo tener más plata. Ese es un problema
domingo, enero 03, 2010
Trencito
El cochinito asado llegó a la mesa y, como en un ritual desaforado, un trencito se formó a su alrededor. Las locomotoras pasaron de largo, más tarde descarrilaron, apareció un grito de guerra que al día siguiente costó recordar. Un nene de nueve años le explicaba por teléfono a su mamá que en un momento, de golpe, todos nos pusimos a saltar y a bailar. Así empezó el año, espero que siga mejor
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