Hace ya un tiempo que se pusieron de moda en la tele argentina los programas que hurgan por los supuestos bordes de la sociedad. A simple vista, pareciera que la tele le da lugar a todos y que es una manera de mostrar aquello que muchos no quieren ver: los presos, los marginales, los pobres, los borrachos que se golpean en las puertas de los boliches, las chicas dispuestas a coger con todo cantante de cumbia, los vecinos violentos
El domingo en 'Informe Chiche' pasaron un informe que mostraba el comportamiento de los adolescentes del conurbano en las bailantas. En una de las escenas, había dos flacos sosteniendo a un amigo, claramente inconciente y borracho. '¿Cómo está tu amigo? ¿Qué tomaron?', fueron las preguntas del movilero
La verdad es que jamás pude engancharme con programas como 'Policías en acción' o los que muestran lo que pasa en las cárceles. Por un lado, carezco del morbo necesario para interesarme por dos vecinos que se pelean porque un perro que ladra mucho en alguna parte del Gran Buenos Aires. Son historias que no me interesan y que me parece que se regodean del sufrimiento de muchos
Más allá de este pensamiento, algo mafaldesco, por así denominarlo, me parece que detrás de esa idea de 'mostrar la realidad' se esconde un profundo ánimo aleccionador y moralista. Estos ciclos editorializan muchísimo con la edición de casos, de imágenes, como hace cualquier programa de tele o cualquier producto periodístico. Lo que me genera un profundo rechazo es que se termine poniendo estos casos al aire sin dar un mínimo contexto en el que vive esta gente, sin contar qué tipo de procesos nacionales fueron necesarios para que ese borracho que no le quiere pasar pensión a su hijo esté escabiado hace semanas. Mostrar esos casos sueltos, como parte de un todo sin explicar ese todo, termina generando más violencia, miedo, odios y paranoia
lunes, junio 11, 2007
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