martes, octubre 05, 2010

Catarsis colectiva

La luz me dio paso y crucé por la senda peatonal. No me importó que vinieran varios autos de frente, caminé como si no los viera, para que frenaran y me dejaran pasar, como debe ser. El primero me mostró su dedo mayor, el segundo me sugirió que aprendiera a cruzar y le respondí que me chupara un huevo, el conductor que venía detrás escuchó la puteada y dijo 'qué boquita'. Todo en cuestión de segundos. Para hacer más ridícula la escena, en la mano llevaba un certificado de asistencia a una jornada organizada por Google que en lugar de mi nombre decía Jorge. Menos mal que no me tuve que pelear porque el diploma no era demasiado contundente e iba a quedar muy bala si lo soltaba para intentar pegarle al tachero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sos un grande, jorgito!!

jose dijo...

La gente está muy loca