domingo, febrero 15, 2009

Un rato en los camarines del Maipo

Estuve esperando a Ronnie Arias en el hall del Teatro Maipo durante una hora. Lo que más odio de mi trabajo es que me hagan esperar para hacer una nota. El día anterior había esperado otra horita para charlar con León Gieco, así que ya venía mal la cosa. No sólo me molesta que me hagan esperar, sino que durante ese rato me aburro y llego a la nota emboladísimo. Ese no fue el caso de la nota con Ronnie, porque todo el rato de espera me lo pasé chusmeando con el encargado de prensa de la obra: me comentó que no le está yendo muy bien a ese elenco que integran figuras tan disímiles como Norma Pons, Daniel Aráoz y Belén Blanco, me contó cuáles actores le caían mal por sus aires de divos y también hicimos onda para concretar otra nota para las próximas semanas. Durante la espera también me enteré que se está armando un piloto para un programa en el que 4 famosos jugarán al póker a beneficio de distintas instituciones. Le preguntaron a un actor de ese elenco si quería participar y dijo que no tenía tiempo para hacer cosas gratis. Me guardo los nombres para hacerme el misterioso

Ronnie llegó desde la grabación de 'La liga' y venía de la Villa 31. Estaba cansado, pero todo lo cansado que puede estar esa loca hiperactiva. Entramos al teatro, me presentó a las costureras del teatro y a otro personal no artístico (no sé si existe ese término, pero me salió ese nombre por el personal 'no docente' de la facultad). Entramos al camarín que comparte con Juan Carlos Dual y me contó que le graba DVD's a cada uno de sus compañeros de elenco, según su gusto: a Belén Blanco le lleva clásicos de la década del 60 y a Gustavo Garzón pelis 'raras europeas'. No me imagino qué le graba a Norma Pons, si es que tiene DVD

Mientras hacíamos la nota, el resto del elenco desfiló por el camarín de Ronnie, cosa que me cayó muy simpática, pero que me iba enfriando la nota. Evidentemente, no los va a ver mucha gente, pero entre ellos se llevan bien. Primero apareció Garzón para invitarlo a Ronnie a a ver no sé qué espectáculo de stand up después de su función. A las 20, puntualmente, llegó Dual para armar un fernecito (qué suerte que me convidó) y en ese momento me enteré que todos los días a esa hora Ronnie le lleva un trago a Norma Pons y le dice 'señora, su medicina'. 10 minutos más tarde fue el turno de Nacho Gadano, a quien no conocía, preguntándole a Ronnie si le había conseguido el dato de unas puertas de madera que necesita para una casa que se está construyendo en el sur. Gadano le avisó que luego de la función se iba a tomar un vino con José María Muscari, el director de la obra

Tantas interrupciones me fueron desconcentrando y en un momento, vaya uno a saber por qué, le dije a Ronnie que ya estaba bien, que tenía suficiente material como para armar la nota. '¿Ya está? Me quedé así, como con ganas de seguir hablando', dijo él y me sembró la duda de si no habré cortado antes de tiempo. Antes de que me fuera, me elogió las bermudas y me preguntó dónde las había comprado, pero me hice el boludo para no pasarle el dato. Me preguntó si conocía el camino de salida, le dije que no, (siempre me pierdo en los camarines, me parecen un laberinto), me indicó que fuera derechito por un pasillo y que iba a salir directamente a la calle. Así fue, caminé derecho, subí una escalera y aparecí en la calle. Esos pasadizos, que van de un camarín a la calle, nunca dejarán de parecerme mágicos

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