miércoles, enero 07, 2009

Calor


Cuando en Catamarca hace calor, hace mucho calor. El sol te pega en el medio de la cabeza y te devuelve a tu lugar de simple mortal: no vas a hacer nada que él no quiera. Todo acto que requiera algún tipo de esfuerzo quedará relegado. Nadie trabaja con calor, nadie sale con ese calor, nadie camina a un paso normal. El calor no tapa todo, es directamente todo

Un día de mucho calor intenté caminar hasta una parada de micros, para tomar algún transporte hasta un río. La misión, que no suena tan difícil, debió ser abortada. El calor era tan insoportable que el único plan que sentía que podía concretar era volver a la hostería para refugiarme de esos rayos mortales

El calor de Catamarca, o, por lo menos, el que yo sentí, no te deja pulso vital: ni siquiera podés planear qué vas a hacer cuando baje el sol, ni leer, ni escuchar música, ni tomar algo, ni dormir la siesta sin ventilador, ni hacerte el que no tenés tanto calor. El calor de Catamarca te recuerda que, frente al poder de la naturaleza, todo lo que podés hacer es poco. Lo único que queda es sufrir el calor y rezar para que se vaya lo antes posible

1 comentario:

Anónimo dijo...

como guía anti-turístico ganas! no quiero conocer catamarca :P al menos en verano!
Sin duda el calor nos está ganando, o nosotros le empezamos a ceder camino, con esto del calentamiento global le dimos toda la motivación para que nos deje sequitos!