domingo, marzo 11, 2012

Sensible de oído


Estoy en Buenos Aires hace un mes luego de casi un año en Alemania. Se imaginarán que después de todo ese tiempo de estar rodeado distintos idiomas, de los que entendía entre poco y nada, estoy hiper sensible a lo que escucho por todos lados. Es como si se me hubiese destapado el oído. Y no paro de escuchar todo, en todos lados. Aún más que siempre

La bienvenida me la dio un volantero que me dijo 'servite, maestro'. Una frase tan simple, tan cotidiana, me hizo cagar de risa. Me acordé de los holandeses, franceses o alemanes que conocí en este tiempo y que estudiaron español. No creo que conozcan esa expresión. Hoy, cuando estacioné en la Plaza Belgrano, el gamuceiro me preguntó "¿Te interesa aprovechar para un lavado?". La estructura de la frase, tan de emplado de Mc Donald's, me llamó la atención. También me sorprendió la forma, entre simpática y formativa, con la que me habló el oficial del Tránsito cuando me detuvo en el Barrio Chino. Él me dio la indicación de avanzar, pero cuando lo hice un peatón se tiró a la calle y yo lo esquivé. En lugar de aleccionarlo a él, me explicó que la prioridad siempre la tiene el peatón de la misma forma en que lo hubiese hecho Topa. Me habló sobre la conciencia al manejar

El oído al pasar de la semana, se lo queda el señor que a la salida de 'Novias, madrinas, 15 años' dijo: hay que tener muchos huevos para venir a ver esto'



Nota: todos los que somos hijos del dueño deberíamos ver esta peli

7 comentarios:

Lola dijo...

nuestro lunfardo es inigualable, d hecho hay cursos para extranjeros en donde les enseñan a hablar como nosotros, me parece genial!

David Nahon dijo...

volver es una posibilidad y un canal de television

Anónimo dijo...

Vuelve bien ahí !!!
Este post es una masa: servite maestro

Anónimo dijo...

mencantó el post! A mi me pasaba que cuando volvía a Buenos Aires después de muchos meses me llamaba la atención que la gente hable en la calle con acento argentino...nati

Anónimo dijo...

Hablando de idas y regresos, yo llevo ocho años fuera de Uruguay en México. En D.F. hay un lunfardo pero es muy del doble sentido y por ende, como decirlo, con poca picardía (una referencia sexual potencial con palabras como tapón, teclado o balanza no es taan gracioso).

Entonces cada vez que voy a Uruguay el gil más grande me parece desopilante y el primer tiempo de regreso encuentro todo muy inocente.

El ejemplo más ilustrativo de lo anterior (no sé si soy claro) es el óptimo uso que hacemos los orentales de la palabra caracagada

Salud José, celebro la vuelta de bienahi....

@tinostezano

vero dijo...

Hola, muy lindo el blog! yo vivi 6 años en Brasil, y los últimos 2 años no vine para Buenos Aires, cuando volví fue muy loco escuchar al argentino, por 1era vez pude escuchar la tonada argentina, q bastante lineal es... y si, cuando volvi, por ej con mi hno de 19 años, me di cuenta q en esos dos ultomos años la cantidad de terminos o expresiones nuevas era infinitas, es muy gracioso como todos hablan con esos terminos, hoy despues de 3 años de haber vuelto, soy una mas de ellas jajaja

Televisores dijo...

Que gracioso post, pero es totalmente cierto, creo que eso pasa hasta en el propio país ya que ne todo lado la cultura y el lenguaje cambian.