Los locos de mi ciudad

Voy caminando por Corrientes, a la altura del teatro San Martín. Se me acerca un pelado que me dice que me estuvo escuchando recién (?) y que me quiere decir algo. Uno ya se acostumbró en que esta ciudad, y más en el Centro, puede aparecer cualquier loco, así que le digo que me cuente, sin detener la marcha. Me explica que está en un programa del canal Infinito y me insiste con que me detenga a hablar con él. Le digo que le agradezco, pero que no me interesa, mientras sigo caminando. Me pregunta si conozco a Maharashi. Ante semejante pregunta, me doy cuenta de que nada normal puede salir de esa charla, así que le digo que sí, que lo conozco, pero que no me interesa nada de lo que me pueda decir. Como si se enojara por mi respuesta, se queda parado, me señala con el índice y me dice que ya voy a escuchar hablar de Maharashi. Días como ayer me pregunto por qué se me acerca gente a contarme cualquier pavada. Hace poco, por Flores, mientras esperaba el 36, un flaco me contó que era baterista, que había tocado con no sé quién y me terminó mostrando unos naipes españoles que, en lugar de los clásicos dibujos, tenía unas ilustraciones porno muy feas. Por suerte, justo apareció una amiga que se iba a tomar un taxi y me fui con ella, mientras él sacaba una carta más de su pantalón y me la mostraba, a lo lejos