Adiós, Bocha

La primera vez que vi a Las Pelotas fue en Arpegios, hace más o menos 14 años. La banda acababa de cambiar de baterista y bajista y el público miraba de reojo a los nuevos músicos (que siguen estando en el grupo), como si se tuvieran que ganar un lugar. La figura carismática era, sin dudas, su cantante, el Bocha Sokol, que se trepaba a los parlantes, bailaba, invitaba a su hija a hacer un bailecito en 'Shine' y cargaba con el peso del show. Por esa época, Las Pelotas tocaban viernes, sábado y domingo en ese sótano. Habitualmente, en la función dominical el Bocha invitaba a alguien del público a compartir micrófono con él porque había perdido la voz en las dos veladas anteriores. Justo ese mismo año Roberto Pettinato, con quienes habían sido compañeros en Sumo, conducía un programa en Canal 13 que era una especie de 'Venga a cantar', pero con un mínimo más de onda, y Sokol hacía chistes con que los dos invitaban a gente a cantar

Durante ese show, un colorado, que estaba bastante borracho, se dedicó a pedir la canción 'Time, faith and love' entre tema y tema. Lo pidió muchas veces, pero yo nunca entendía qué decía (su pronunciación del inglés no era muy buena y su estado no ayudaba). En un momento del show, cansado de escuchar el pedido, Sokol lo miró y le dijo: 'Basta, colorado, no lo vamos a tocar'. El colorado le suplicó que la tocaran, pero el Bocha se negó

Recién me enteré de que Sokol se murió. La verdad, la noticia no me sorprendió mucho, pero sí me puso triste. Las grabaciones en las que participó en Sumo cada vez me gustan más y los primeros dos discos de Las Pelotas me siguen encantando. Las últimas veces que lo vi en vivo parecía medio desganado y enojado. Desde acá, levantamos un fernecito en su honor